El trabajo bien hecho y la burocracia.
Me ha costado mucho escribir en los últimos meses. No sabía como enfocar la situación que tenía a mi alrededor una vez presentadas las piezas en el TEA.
Resulta que uno se deja la vida y hace un gran esfuerzo para cumplir con los compromisos. Luego llega la hora de la verdad en la que te das cuenta o mejor dicho te preguntas: "¿Para qué tanto esfuerzo?".
Yo me siento orgulloso y satisfecho con el trabajo que he realizado pero las instituciones ( esas entes que están ahí representándonos, velando por nuestro futuro, dejándose la piel por nosotros...) no siempre responden a las expectativas e incluso a los compromisos.
En un principio había intenciones de incluir la obra dentro de Fotonoviembre y así aprovechar este evento fotográfico para exponer la obra fruto del trabajo de un Premio que otorga el Cabildo de Tenerife. De alguna manera parece que no hay un entendimiento o posturas claras por parte de varias instituciones que pueden acoger la exposición e intentan de alguna manera que sea el premiado el que gestione por su cuenta y con ambas instituciones en un tiempo récord la presentación del proyecto.
A mí que me perdonen los entendidos o los implicados pero creo que esa no es mi labor, producir la obra ya es un trabajo muy costoso para encima estar metido en despachos. Con esto me refiero sólo a este caso en concreto, ya que en el resto de mis proyectos si que estoy dejándome la piel para sacarlo adelante, quitando quizás un tiempo valioso y necesario a la creatividad y a la construcción de la idea. Pero es que ahora tenía una oportunidad de oro.
Me han concedido un premio, lo que creo que no está nada mal. Eso significa que por primera vez en mi vida tengo la oportunidad de desarrollar un proyecto sin preocuparme de nada, me explico, tengo el dinero para producir la obra, el libro y todo lo que se me antoje alrededor del proyecto, entonces ¿porqué tengo que preocuparme a última hora, cuando debería estar vaciando el resto de las piezas, de organizar que haya una sala de exposiciones y un vigilante para cuidarla?, no me parece lógico. Por lo que sintiéndolo mucho, sobre todo por el esfuerzo que ha significado para mí y mi familia la paliza que me he metido en los últimos meses tendré que posponer la exposición para el año que viene, espero que para principios de año, sobre marzo o abril, me da igual, en unos meses tendré listo todo el material y ya solo será organizar la muestra.
Yo me lo he tomado con humor. Con paciencia, como El Pueblo que todos conocemos ahora un poco más. Vuelven las coincidencias, las similitudes ¿ no será que ya formo parte del pueblo Saharaui y estoy condenado a su mismo destino?
domingo, 4 de octubre de 2009
domingo, 9 de agosto de 2009
9 de agosto de 2009
Un nuevo hogar tienen mis diez primeras piezas, un buen hogar, el TEA. Duermen allí desde hace unas semanas, bien cuidadas, como reinas.
Estoy bastante contento con el resultado de estas piezas, algunos amigos que las han visto así me lo han hecho saber, claro que son amigos, pero de los de verdad, sinceros.
Creo que todo este proyecto esta muy lleno de simbología, en cada momento encuentro coincidencias, anhelos, sueños.
Al ir elaborando las piezas siempre las enlazo con su contenido. Encapsuladas como la situación del Sahara, una realidad. Duermen ahora en un nuevo hogar como desean hacer los Saharauis, un sueño.
Este camino me está llenando de experiencias.
Cuando uno se mueve por otros lugares o simplemente desde su situación analiza lo que hay a su alrededor se queda realmente acongojado, o por lo menos eso me pasa a mí. Ves lo injusto que es todo y lo afortunados que somos unos pocos. Las pateras que han llegado a Canarias en los últimos años con personas como nosotros en busca de simplemente algo mejor o en muchos casos sólo de algo. Pueblos exiliados en medio de desiertos inhóspitos. Pueblos separados de sus hermanos por muros y por armas. Hambre, muerte. Todo esto hace perder esperanza y confianza en que podamos ser mejores.
Lo aceptable es hacer lo que crees justo.
Todavía me queda un trecho que recorrer, el de el resto de las piezas que componen El Pueblo Olvidado, lo haré con un placer inmenso, indescriptible. Quiero ir viendo como de nuevo se irán formando las nuevas piezas, como de nuevo habrán coincidencias, similitudes con la vida con las situaciones que me rodean.
Aún no sé cómo ni cuándo terminará este proyecto yo me dejo llevar, sigo caminando, hacia unas metas que tengo claras pero los obstáculos son múltiples, impredecibles , hasta ahora, los he ido salvando todos, cuando uno cree en lo que hace seguro que el sendero le llevará a su objetivo.
Un saludo muy grande a Budapest y París. Gracias por enseñarnos tantas cosas.
Estoy bastante contento con el resultado de estas piezas, algunos amigos que las han visto así me lo han hecho saber, claro que son amigos, pero de los de verdad, sinceros.
Creo que todo este proyecto esta muy lleno de simbología, en cada momento encuentro coincidencias, anhelos, sueños.
Al ir elaborando las piezas siempre las enlazo con su contenido. Encapsuladas como la situación del Sahara, una realidad. Duermen ahora en un nuevo hogar como desean hacer los Saharauis, un sueño.
Este camino me está llenando de experiencias.
Cuando uno se mueve por otros lugares o simplemente desde su situación analiza lo que hay a su alrededor se queda realmente acongojado, o por lo menos eso me pasa a mí. Ves lo injusto que es todo y lo afortunados que somos unos pocos. Las pateras que han llegado a Canarias en los últimos años con personas como nosotros en busca de simplemente algo mejor o en muchos casos sólo de algo. Pueblos exiliados en medio de desiertos inhóspitos. Pueblos separados de sus hermanos por muros y por armas. Hambre, muerte. Todo esto hace perder esperanza y confianza en que podamos ser mejores.
Lo aceptable es hacer lo que crees justo.
Todavía me queda un trecho que recorrer, el de el resto de las piezas que componen El Pueblo Olvidado, lo haré con un placer inmenso, indescriptible. Quiero ir viendo como de nuevo se irán formando las nuevas piezas, como de nuevo habrán coincidencias, similitudes con la vida con las situaciones que me rodean.
Aún no sé cómo ni cuándo terminará este proyecto yo me dejo llevar, sigo caminando, hacia unas metas que tengo claras pero los obstáculos son múltiples, impredecibles , hasta ahora, los he ido salvando todos, cuando uno cree en lo que hace seguro que el sendero le llevará a su objetivo.
Un saludo muy grande a Budapest y París. Gracias por enseñarnos tantas cosas.
viernes, 10 de julio de 2009
10 de julio de 2009
La recta final de la primera fase.
Me acerco al final. Ya por fin termino las diez primeras piezas.
En los últimos días he hablado con gente que han podido ver parte de los primeros trabajos del Sahara y los que ahora me dispongo a terminar. Creo que a lo largo de este blog he explicado en varias ocasiones lo que me encontré en el Sahara y porque al final he decidido acabar el trabajo de esta forma.
Decía, cuando era joven, que a lo largo de los tres viajes que he realizado a los campamentos me he encontrado mil historias que contar, cada vez nuevas, diferentes. Mi primer viaje me llevó a realizar las primeras cinco piezas, las cuales se pudieron ver en Merkarte 2008, tres de ellas desde entonces duermen en otros hogares, lejos de casa, pero en buenas manos y con muy buenas vibraciones por parte del autor. Esa visión reflejaba lo primero que encontré en el Sahara, comenzaba a conocer a los Saharauis y su situación, necesitaba denunciar, reflejar lo que encontré, lo que había pero se ocultaba tras sonrisas, abrazos y arena. Mis otras dos visitas me dieron nuevas visiones, tomé la situación de otra manera, desde dentro, en la piel. Ahí decidí como enfocar el trabajo, ¿qué es lo que encontré en el desierto?, una sociedad con mayúsculas, autosuficiente como sociedad pero deficiente en justicia exterior, carente de su lugar en el mundo, gente que busca una misma meta, la libertad.
Con El Pueblo Olvidado quiero que todo el mundo sepa que existen, que a pesar de todo están ahí, no podemos ignorarlos.
Aún más, no reclaman nada que no les corresponda. Solo quieren volver a ver el mar.
Y volviendo a las piezas, ya están casi listas, preparo el embalaje y en una semanita dormirán en su nueva casa, el TEA.
Me acerco al final. Ya por fin termino las diez primeras piezas.
En los últimos días he hablado con gente que han podido ver parte de los primeros trabajos del Sahara y los que ahora me dispongo a terminar. Creo que a lo largo de este blog he explicado en varias ocasiones lo que me encontré en el Sahara y porque al final he decidido acabar el trabajo de esta forma.
Decía, cuando era joven, que a lo largo de los tres viajes que he realizado a los campamentos me he encontrado mil historias que contar, cada vez nuevas, diferentes. Mi primer viaje me llevó a realizar las primeras cinco piezas, las cuales se pudieron ver en Merkarte 2008, tres de ellas desde entonces duermen en otros hogares, lejos de casa, pero en buenas manos y con muy buenas vibraciones por parte del autor. Esa visión reflejaba lo primero que encontré en el Sahara, comenzaba a conocer a los Saharauis y su situación, necesitaba denunciar, reflejar lo que encontré, lo que había pero se ocultaba tras sonrisas, abrazos y arena. Mis otras dos visitas me dieron nuevas visiones, tomé la situación de otra manera, desde dentro, en la piel. Ahí decidí como enfocar el trabajo, ¿qué es lo que encontré en el desierto?, una sociedad con mayúsculas, autosuficiente como sociedad pero deficiente en justicia exterior, carente de su lugar en el mundo, gente que busca una misma meta, la libertad.
Con El Pueblo Olvidado quiero que todo el mundo sepa que existen, que a pesar de todo están ahí, no podemos ignorarlos.
Aún más, no reclaman nada que no les corresponda. Solo quieren volver a ver el mar.
Y volviendo a las piezas, ya están casi listas, preparo el embalaje y en una semanita dormirán en su nueva casa, el TEA.
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sábado, 20 de junio de 2009
20 de junio de 2009
Terminé los vaciados. Por fin, he sufrido, lo reconozco. Pero, ¿quién no sufre cada día viendo la televisión?. Yo procuro no hacerlo, ver la televisión.
Ha sido una lucha fiera, contra los medios, contra lo elementos. Dice la canción "..sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas..." y así ha sido he tenido algunas sorpresas con los vaciados, gracias a todos los que me habéis animado, los que han creído en que podía, yo no era uno de ellos. Pero aquí están, las primeras diez piezas, las que debo entregar por el premio. El lunes comienzo la parte final, el lijado y pulido de las piezas, pero será más fácil, en el mismo lugar, sin tener que desplazarme y esperar, esas dos horas entre cada capa de resina, allí estaré junto a la tortuga de los Salgado´s, enseñándola a hablar, quitándole peso a Carlos en su labor diaria del cuidado de la tortuga. Te prometo que en unos días aprende a decir "CAMBIAME EL AGUA, JODER".
Estoy contento con el resultado de las piezas. Miro hacia atrás y recuerdo aquellos primeros vaciados en el taller de la calle de Los Molinos, en realidad no se podían llamar vaciados, eran vertidos o manchados, no sé, pero que mundos separan esas primeras piezas de estas, dos mundos, tres mundos, cuatro... pero así es como funciona el mundo, en constante evolución, aprendiendo, enseñando.
Pero aún queda un largo verano, con mis piezas, con cada una de ellas , con el trato personal que reciben, ( las he enseñado a hablar como pienso hacer con la tortuga ), espero que todo salga bien y al final de verano tener las piezas listas para exponerlas. Ya se acaba el proyecto, estoy en las últimas fases y aunque no es el momento de hacer una reflexión si tengo que decir que han sido, están siendo, unos meses muy intensos, interesantes y constructivos. Por todo, las experiencias en el Sahara, las relaciones humanas con los habitantes del desierto, el desafío de fotografiar una sociedad que habita en un lugar como La Hamada, en fin,mil cosas que he intentado ir transmitiendo con palabras, que no es lo mío, pero que espero comprendan perfectamente con mis imágenes.
Venga, seguimos andando.
martes, 2 de junio de 2009
2 de junio de 2009
Con las imágenes seleccionadas y con los moldes terminados esta semana ya he comenzado con los vaciados. Van saliendo, a su ritmo. Es como hacer... no sé, como escribir en un grano de arroz, jajajaja. No, no, es como.... ¿han hecho alguna vez una operación de cirugía?, yo tampoco. Pero me imagino algo similar, no te puede faltar nada, tienes que tenerlo todo bien calculado, al milímetro: guantes, mascarilla, ( si ya decía yo que se parecía a una operación ), báscula, separadores ( cada vez se asemeja más), las piezas preparadas y el líquido elemento, en este caso la resina.
Lo peor que llevo es el tiempo de espera, entre capa y capa de resina hay que esperar entre media hora y tres cuartos, tic, tac, tic, tac.... y yo allí, sentado, de pie, haciendo el pino, mirando la calle, mirando las montañas, ¿ qué pensarán todas las personas ajenas que me ven?, un loco más, todo el día de una lado a otro, aparentemente sin hacer nada, esperando. ¡Esperando!, esto me suena, me recuerda algo, esperar ¿quién espera desespera?. Yo sé de un pueblo que lleva esperando mucho tiempo, olvidado, como el mío, el de mi proyecto, el que ronda en mi mente, el que me cuenta mil cosas sin decir nada, esperando.
Y yo seguiré ahí más días, más horas, más minutos y más segundos que nadie.
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viernes, 8 de mayo de 2009
8 de mayo de 2009
Varios acontecimientos importantes han sucedido desde la última entrada, aquella fue escrita a mí llegada del Sahara, por tercera vez, ahora, con un pequeño espacio de tiempo he tenido la oportunidad para reflexionar y poder contar como sigue la situación, la del pueblo Saharaui.
Mi última visita a los campamentos la realicé entre el 5 y el 11 de abril. Fue diferente, emocionante, reveladora. De nuevo fui con la productora Ríos TV, con Santi y dos nuevos compañeros, Jacky y Willy. Nos alojaron en la Escuela 27 de Febrero, que es un pequeño campamento cerca de Rabuni donde vive el Presidente, algunos parlamentarios, ministros y alrededor de 5000 personas. Este campamento en principio fue creado para acoger a la Escuela de Mujeres, con el tiempo fue creciendo y se trasladaron sus familias, hoy, excepto por la población, no difiere en mucho del resto de los campamentos. Bueno, esto no es cierto, ya que por su proximidad a Rabuni tiene acceso a la electricidad, algo que nosotros encontramos tan común para ellos es como un tesoro, una fuente de vida. Encuentras tiendas con casi todo, electrodomésticos pequeños, baratijas, ropas, artesanía, refrescos fríos, chocolate... y hasta hay un asador de pollos. El resto tiene la esencia del campamento, calles sin asfaltar, jaimas, casas de adobe y escasez de agua. Me llamó la atención mucho el no ver camellos por todas partes, días después nuestro amigo Salah me lo aclaró, estaban en zonas de pastos por las recientes lluvias que habían caído.
Otro detalle importante sucedió durante el viaje, a diferencia de las otras ocasiones que siempre viajé de noche hasta Tindouf, esta vez lo hicimos de día, la vista del desierto desde el aire es un espectáculo impresionante, de lo más increíble que he visto, los colores, los matices, las texturas, todo era nuevo.
El viaje transcurrió con normalidad, entrevistamos en esta ocasión al Presidente de la RASD, al Ministro de información, al Primer Ministro, a varios parlamentarios Saharauis en la Unión Africana ( integrada por 53 países de África y que acoge a una población cercana a los mil millones de habitantes ). También pudimos visitar lugares tan singulares como el Museo de la Guerra, donde se expone material militar incautado a los marroquíes durante la guerra. Rodamos los exteriores de la cárcel donde se encontraban los prisioneros marroquíes durante su cautiverio hasta 2005. Excombatientes, civiles, militares... testimonios todos conmovedores que dan una dimensión de lo que ha supuesto y supone este conflicto actualmente para la población Saharaui.
El viernes antes de volver nos desplazamos hasta el "Muro de la Vergüenza", 2700 km desde el sur de Marruecos al norte de Mauritania que divide a la RASD por la mitad, como una herida que jamás se cierra. Esta ha sido una de las experiencias más emocionantes y arriesgadas de mi vida:
- Partimos a las seis de la mañana rumbo al Muro, en el primer punto de reunión había ya cientos de personas esperando la travesía, el motivo de la concentración era una marcha pacífica que se iba a realizar en el Muro, organizada por la Columna de los Mil y la Asociación de Mujeres Saharauis, reunieron a más de 2500 personas de diferentes nacionalidades, españoles, franceses, italianos, portugueses y canarios. Fuimos de los primeros en llegar ya que a nuestro chófer le encanta pisarle ( muy común en los Saharauis).
La vista del Muro para mí fue algo impresionante, además ya nos encontrábamos en territorio de la RASD, estaba pisando el Sahara Occidental, ante nosotros y perdiéndose a la vista de norte a sur, de izquierda a derecha, se levantaba el muro con alrededor de 10 metros de altura y calculo que un ancho de unos treinta o cuarenta metros, llenos de alambradas en su parte más cercana a nosotros y con diferentes fosos que se distinguían desde la distancia, el Muro no es una construcción de piedra o cemento, está hecho con palas mecánicas que amontonaron la tierra dándole una considerable altura, es en realidad un muro de tierra infranqueable. En un principio nos situamos a una distancia de unos 500 metros hasta que vimos unos vehículos que se encontraban más cerca, decidimos ir a esa posición, allí había varias televiones y cámaras rodando, nos bajamos y se encontraba un hombre caminando de un lado a otro mirando el suelo, "estaba buscando minas". Prudentemente nos fuimos acercando, o más bien me fui acercando poco a poco, siguiendo las rodaduras hechas por los coches, pensé que si habían minas y un coche había pasado sin problemas ese sería el camino para llegar lo más cerca posible. Iba con la cámara al hombro, rodando el Muro y el puesto militar marroquí que ya tenía solo a unos ciento cincuenta metros, de repente el señor que no dejaba de mirar al suelo se para y dice: "Una mina, aquí, no se acerquen", recogió varias piedras del entorno y las situó alrededor de la mina, yo seguí por la rodadura acercándome al Muro, llegué a estar a unos 100 metros, por prudencia no quise acercarme más, algunos cámaras llegaron a estar a unos 20 metros por delante de mí, en un campo minado, lleno de minas antipersona ( se calcula que a lo largo del Muro Marruecos ha colocado unos 5 millones de minas antipersona y anticarro, y el Gobierno de España sigue vendiendo armamento al país vecino, España ocupa el 8º lugar del mundo en venta de armamento ). De nuevo el "buscaminas" encuentra otra, esta vez muy cerca de donde yo estaba, a sólo dos metros. Rodé, fotografié y rápidamente me volví al coche.
Ya habían llegado los participantes de la marcha, estaban formando una columna horizontal que se extendía en varios kilómetros, se escuchaban gritos y cánticos, consignas por la libertad. Ondeaban banderas, de la RASD, de Francia, Italia, de Canarias con las siete estrellas verdes, era un espectáculo de fuerza y color. La marcha comenzó su andadura, se encontraban a un kilometro del Muro y su intención era acercarse a aproximadamente 500 metros. El puesto militar marroquí era visible, allí se veían los soldados apostados en las trincheras, como muñecos de plástico que no se movían, observaban y grababan con cámaras a los manifestantes.
En este punto tengo que decir que en el lugar no se encontraba ningún contingente militar Saharaui, no había soldados Saharauis en ninguna parte, representantes del Frente Polisario y de las ong´s que organizaban la marcha eran los responsables de esta marcha pacífica, tampoco en ningún momento se pudo ver a miembros de la MINURSO ( Misión de las naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental ) que en otras ocasiones se habían encontrado vigilando este tipo de protestas pacíficas.
La columna comenzó la marcha, miles de personas pidiendo la libertad del Sahara y el derribo del Muro que separa a un pueblo, que divide una nación. La columna avanzó hasta los 500 metros previstos, en este punto comienza a producirse algo difícil de explicar, no se podían parar, cientos de jóvenes Saharauis que estaban en la marcha no querían parar, estaban viendo su país, estaban delante de sus tierras y no podían pasar ¿ porqué no podían? , ¿cuándo iba a terminar este calvario de separación y sufrimiento?. Rompieron el primer cordón de seguridad. La marcha siguió avanzando con todos los participantes, se situaron a unos 200 metros del Muro, la organización los pudo parar de nuevo. Lo cánticos y las consignas seguían, cada vez con más fuerza, con más emoción. Una centena de jóvenes, supongo que movidos por la impotencia, se saltaron el cordón, entraron en el campo minado, ondeaban banderas de la RASD, gritaban, cogían piedras del suelo y las lanzaban contra los marroquíes, que impasibles ni se inmutaban, varios de los jóvenes milagrosamente llegaron hasta la alambrada, comenzaron a destruirla, a llevarse trozos de la misma como trofeos, las piedras seguían cayendo, las lanzaban con los turbantes a modo de ondas, la organización intentaba retenerlos, cuando agarraban a uno salía otro por otra esquina con una bandera, intentaban llegar al Muro, querían traspasarlo. Mientras grababa estas imágenes desde la retaguardia, yo sabía perfectamente que ese lugar estaba minado, lo había visto con mis propios ojos y no quería arriesgarme, comenzó a llenarme una emoción indescriptible, estaba en medio de la entifada Saharaui, esos jóvenes estaban llenos de rabia, emociones, ansias de libertad, todos ellos habían nacido en los campamentos, no entendían porqué su país sigue ocupado y nadie hace nada para evitarlo, ¿ Porqué?. Los entendía, me parecía un acto imprudente, temerario, pero los comprendía, compartía con ellos ese sentimiento de frustración.
Y cuando más efervescente estaba la protesta y a pesar de que los organizadores llevaban más de media hora intentando retirar a los jóvenes sucedió lo inevitable, se oyó una explosión seca y corta, una pequeña nube de humo se levantó entre los jóvenes que se esparcieron despavoridos, había estallado una mina, ahora quedaba ver cuáles habían sido las consecuencias. Dos ambulancias estaban cerca de nosotros , en unos minutos la rodearon decenas de personas y varios jóvenes traían en brazos a otro que tenía el pie destrozado, había sido la víctima no sólo de la mina que lo dejó invalido para el resto de su vida, sino también víctima de un conflicto que se prolonga por más de 33 años, víctima de la intolerancia e ignorancia de la comunidad internacional, víctima de una guerra silenciosa y víctima de sus justificadas ansias de libertad.
Mi última visita a los campamentos la realicé entre el 5 y el 11 de abril. Fue diferente, emocionante, reveladora. De nuevo fui con la productora Ríos TV, con Santi y dos nuevos compañeros, Jacky y Willy. Nos alojaron en la Escuela 27 de Febrero, que es un pequeño campamento cerca de Rabuni donde vive el Presidente, algunos parlamentarios, ministros y alrededor de 5000 personas. Este campamento en principio fue creado para acoger a la Escuela de Mujeres, con el tiempo fue creciendo y se trasladaron sus familias, hoy, excepto por la población, no difiere en mucho del resto de los campamentos. Bueno, esto no es cierto, ya que por su proximidad a Rabuni tiene acceso a la electricidad, algo que nosotros encontramos tan común para ellos es como un tesoro, una fuente de vida. Encuentras tiendas con casi todo, electrodomésticos pequeños, baratijas, ropas, artesanía, refrescos fríos, chocolate... y hasta hay un asador de pollos. El resto tiene la esencia del campamento, calles sin asfaltar, jaimas, casas de adobe y escasez de agua. Me llamó la atención mucho el no ver camellos por todas partes, días después nuestro amigo Salah me lo aclaró, estaban en zonas de pastos por las recientes lluvias que habían caído.
Otro detalle importante sucedió durante el viaje, a diferencia de las otras ocasiones que siempre viajé de noche hasta Tindouf, esta vez lo hicimos de día, la vista del desierto desde el aire es un espectáculo impresionante, de lo más increíble que he visto, los colores, los matices, las texturas, todo era nuevo.
El viaje transcurrió con normalidad, entrevistamos en esta ocasión al Presidente de la RASD, al Ministro de información, al Primer Ministro, a varios parlamentarios Saharauis en la Unión Africana ( integrada por 53 países de África y que acoge a una población cercana a los mil millones de habitantes ). También pudimos visitar lugares tan singulares como el Museo de la Guerra, donde se expone material militar incautado a los marroquíes durante la guerra. Rodamos los exteriores de la cárcel donde se encontraban los prisioneros marroquíes durante su cautiverio hasta 2005. Excombatientes, civiles, militares... testimonios todos conmovedores que dan una dimensión de lo que ha supuesto y supone este conflicto actualmente para la población Saharaui.
El viernes antes de volver nos desplazamos hasta el "Muro de la Vergüenza", 2700 km desde el sur de Marruecos al norte de Mauritania que divide a la RASD por la mitad, como una herida que jamás se cierra. Esta ha sido una de las experiencias más emocionantes y arriesgadas de mi vida:
- Partimos a las seis de la mañana rumbo al Muro, en el primer punto de reunión había ya cientos de personas esperando la travesía, el motivo de la concentración era una marcha pacífica que se iba a realizar en el Muro, organizada por la Columna de los Mil y la Asociación de Mujeres Saharauis, reunieron a más de 2500 personas de diferentes nacionalidades, españoles, franceses, italianos, portugueses y canarios. Fuimos de los primeros en llegar ya que a nuestro chófer le encanta pisarle ( muy común en los Saharauis).
La vista del Muro para mí fue algo impresionante, además ya nos encontrábamos en territorio de la RASD, estaba pisando el Sahara Occidental, ante nosotros y perdiéndose a la vista de norte a sur, de izquierda a derecha, se levantaba el muro con alrededor de 10 metros de altura y calculo que un ancho de unos treinta o cuarenta metros, llenos de alambradas en su parte más cercana a nosotros y con diferentes fosos que se distinguían desde la distancia, el Muro no es una construcción de piedra o cemento, está hecho con palas mecánicas que amontonaron la tierra dándole una considerable altura, es en realidad un muro de tierra infranqueable. En un principio nos situamos a una distancia de unos 500 metros hasta que vimos unos vehículos que se encontraban más cerca, decidimos ir a esa posición, allí había varias televiones y cámaras rodando, nos bajamos y se encontraba un hombre caminando de un lado a otro mirando el suelo, "estaba buscando minas". Prudentemente nos fuimos acercando, o más bien me fui acercando poco a poco, siguiendo las rodaduras hechas por los coches, pensé que si habían minas y un coche había pasado sin problemas ese sería el camino para llegar lo más cerca posible. Iba con la cámara al hombro, rodando el Muro y el puesto militar marroquí que ya tenía solo a unos ciento cincuenta metros, de repente el señor que no dejaba de mirar al suelo se para y dice: "Una mina, aquí, no se acerquen", recogió varias piedras del entorno y las situó alrededor de la mina, yo seguí por la rodadura acercándome al Muro, llegué a estar a unos 100 metros, por prudencia no quise acercarme más, algunos cámaras llegaron a estar a unos 20 metros por delante de mí, en un campo minado, lleno de minas antipersona ( se calcula que a lo largo del Muro Marruecos ha colocado unos 5 millones de minas antipersona y anticarro, y el Gobierno de España sigue vendiendo armamento al país vecino, España ocupa el 8º lugar del mundo en venta de armamento ). De nuevo el "buscaminas" encuentra otra, esta vez muy cerca de donde yo estaba, a sólo dos metros. Rodé, fotografié y rápidamente me volví al coche.
Ya habían llegado los participantes de la marcha, estaban formando una columna horizontal que se extendía en varios kilómetros, se escuchaban gritos y cánticos, consignas por la libertad. Ondeaban banderas, de la RASD, de Francia, Italia, de Canarias con las siete estrellas verdes, era un espectáculo de fuerza y color. La marcha comenzó su andadura, se encontraban a un kilometro del Muro y su intención era acercarse a aproximadamente 500 metros. El puesto militar marroquí era visible, allí se veían los soldados apostados en las trincheras, como muñecos de plástico que no se movían, observaban y grababan con cámaras a los manifestantes.
En este punto tengo que decir que en el lugar no se encontraba ningún contingente militar Saharaui, no había soldados Saharauis en ninguna parte, representantes del Frente Polisario y de las ong´s que organizaban la marcha eran los responsables de esta marcha pacífica, tampoco en ningún momento se pudo ver a miembros de la MINURSO ( Misión de las naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental ) que en otras ocasiones se habían encontrado vigilando este tipo de protestas pacíficas.
La columna comenzó la marcha, miles de personas pidiendo la libertad del Sahara y el derribo del Muro que separa a un pueblo, que divide una nación. La columna avanzó hasta los 500 metros previstos, en este punto comienza a producirse algo difícil de explicar, no se podían parar, cientos de jóvenes Saharauis que estaban en la marcha no querían parar, estaban viendo su país, estaban delante de sus tierras y no podían pasar ¿ porqué no podían? , ¿cuándo iba a terminar este calvario de separación y sufrimiento?. Rompieron el primer cordón de seguridad. La marcha siguió avanzando con todos los participantes, se situaron a unos 200 metros del Muro, la organización los pudo parar de nuevo. Lo cánticos y las consignas seguían, cada vez con más fuerza, con más emoción. Una centena de jóvenes, supongo que movidos por la impotencia, se saltaron el cordón, entraron en el campo minado, ondeaban banderas de la RASD, gritaban, cogían piedras del suelo y las lanzaban contra los marroquíes, que impasibles ni se inmutaban, varios de los jóvenes milagrosamente llegaron hasta la alambrada, comenzaron a destruirla, a llevarse trozos de la misma como trofeos, las piedras seguían cayendo, las lanzaban con los turbantes a modo de ondas, la organización intentaba retenerlos, cuando agarraban a uno salía otro por otra esquina con una bandera, intentaban llegar al Muro, querían traspasarlo. Mientras grababa estas imágenes desde la retaguardia, yo sabía perfectamente que ese lugar estaba minado, lo había visto con mis propios ojos y no quería arriesgarme, comenzó a llenarme una emoción indescriptible, estaba en medio de la entifada Saharaui, esos jóvenes estaban llenos de rabia, emociones, ansias de libertad, todos ellos habían nacido en los campamentos, no entendían porqué su país sigue ocupado y nadie hace nada para evitarlo, ¿ Porqué?. Los entendía, me parecía un acto imprudente, temerario, pero los comprendía, compartía con ellos ese sentimiento de frustración.
Y cuando más efervescente estaba la protesta y a pesar de que los organizadores llevaban más de media hora intentando retirar a los jóvenes sucedió lo inevitable, se oyó una explosión seca y corta, una pequeña nube de humo se levantó entre los jóvenes que se esparcieron despavoridos, había estallado una mina, ahora quedaba ver cuáles habían sido las consecuencias. Dos ambulancias estaban cerca de nosotros , en unos minutos la rodearon decenas de personas y varios jóvenes traían en brazos a otro que tenía el pie destrozado, había sido la víctima no sólo de la mina que lo dejó invalido para el resto de su vida, sino también víctima de un conflicto que se prolonga por más de 33 años, víctima de la intolerancia e ignorancia de la comunidad internacional, víctima de una guerra silenciosa y víctima de sus justificadas ansias de libertad.
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jueves, 16 de abril de 2009
16 de abril de 2009
¡Llueve en el Sahara!
El Land Rover atravesada a toda velocidad el campamento de El Aaiúm, nos detenemos de repente. -¡Desde aquí, rueda unas panorámicas!. A lo lejos distingo un pequeño remolino de arena que me llama la atención, lo ruedo. Minutos después, un viento huracanado nos azota sin compasión, de forma violenta. - ¡Todos al coche nos marchamos!. El viento cesa y tras de sí una suave y agradable cortina de agua lo va cubriendo todo, primero de forma suave, luego de forma continuada hasta convertirse en un repique de gotas sobre el coche, las jaimas y la arena, ¡llueve en el Sahara!
Pero esta no es la única lluvia que vi en el Sahara, hay otra, de un cariz muy diferente, esta vez la vi clara, como el agua.
De nuevo hay una tormenta a punto de estallar, están desesperados, la cuerda está muy tensa, se deshilacha. He visto la rabia, el odio, la desesperación, la frustración, la impotencia, la fuerza de la fe, la convicción de unos principios.
Creo que volverá a llover en el Sahara, pronto. Pero esta vez no nos gustará estar bajo el chaparrón y que las gotas bajen por nuestro rostro hasta tocar el suelo, esta vez, los extraños querremos estar lejos porque esa lluvia no es para la tierra.
El Land Rover atravesada a toda velocidad el campamento de El Aaiúm, nos detenemos de repente. -¡Desde aquí, rueda unas panorámicas!. A lo lejos distingo un pequeño remolino de arena que me llama la atención, lo ruedo. Minutos después, un viento huracanado nos azota sin compasión, de forma violenta. - ¡Todos al coche nos marchamos!. El viento cesa y tras de sí una suave y agradable cortina de agua lo va cubriendo todo, primero de forma suave, luego de forma continuada hasta convertirse en un repique de gotas sobre el coche, las jaimas y la arena, ¡llueve en el Sahara!
Pero esta no es la única lluvia que vi en el Sahara, hay otra, de un cariz muy diferente, esta vez la vi clara, como el agua.
De nuevo hay una tormenta a punto de estallar, están desesperados, la cuerda está muy tensa, se deshilacha. He visto la rabia, el odio, la desesperación, la frustración, la impotencia, la fuerza de la fe, la convicción de unos principios.
Creo que volverá a llover en el Sahara, pronto. Pero esta vez no nos gustará estar bajo el chaparrón y que las gotas bajen por nuestro rostro hasta tocar el suelo, esta vez, los extraños querremos estar lejos porque esa lluvia no es para la tierra.
miércoles, 11 de marzo de 2009
11 de marzo de 2009
Casi no llego.
He estado de "viaje", no, no muy lejos, en mi ordenador. Le he metido un gran empujón al proyecto, he finalizado la selección de imágenes y he comenzado el tratamiento. Es una labor muy cansada y la vista no me acompaña. ( ya sé lo que piensas Inmona ).
Pero las noticias son buenas, en una semanita comenzaré con los encapsulados, eso si que será un trabajo duro, pero voy organizado, creo, espero no tener problemas. Decía al principio que había estado de viaje porque realmente ha sido así, pero no de la forma física que todos entendemos al desplazarnos de un lugar a otro, sino de una forma más serena, más personal, solitaria. Todas estas horas que he estado delante del ordenador mirando cada imagen me venían cientos de recuerdos y de sensaciones que me hacían decantarme por una u otra fotografía, al final, creo que he hecho una selección de corazón, no he buscado poner las fotos más impactantes o impresionantes, he realizado este viaje de forma que pueda expresar lo que significan para mí los campamentos de refugiados, lo que me cuenta el pueblo saharaui y creo que ese objetivo lo cumpliré, en esta exposición, que se avecina, entenderán los campamentos desde mi punto de vista, desde la óptica personal de lo que han influido en mi vida, en mi forma de ver el mundo. No tengo más pretensiones, no quiero que mañana salgan a la calle con banderas de la Rasd gritando "Sahara Libre", eso ya va con cada uno. Pero si quiero que piensen un poco, es lo que he pretendido con todo el blog, que pensemos, que de una manera diferente se rompa ese bloqueo informativo que existe a nivel internacional para que no se conozca el problema del Sahara. Yo he sido el primero en aprender de esta experiencia, para toda la vida, inolvidable.
Sigo pues en mi camino, buscando contar historias, esta vez de arena y viento.
El próximo 4 de abril viajo de nuevo al los campamentos, esta vez será para continuar con el documental de Santi, nuevos compañeros de viaje.
Iremos a los territorios liberados, donde espero encontrar nuevas historias que contar.
He estado de "viaje", no, no muy lejos, en mi ordenador. Le he metido un gran empujón al proyecto, he finalizado la selección de imágenes y he comenzado el tratamiento. Es una labor muy cansada y la vista no me acompaña. ( ya sé lo que piensas Inmona ).
Pero las noticias son buenas, en una semanita comenzaré con los encapsulados, eso si que será un trabajo duro, pero voy organizado, creo, espero no tener problemas. Decía al principio que había estado de viaje porque realmente ha sido así, pero no de la forma física que todos entendemos al desplazarnos de un lugar a otro, sino de una forma más serena, más personal, solitaria. Todas estas horas que he estado delante del ordenador mirando cada imagen me venían cientos de recuerdos y de sensaciones que me hacían decantarme por una u otra fotografía, al final, creo que he hecho una selección de corazón, no he buscado poner las fotos más impactantes o impresionantes, he realizado este viaje de forma que pueda expresar lo que significan para mí los campamentos de refugiados, lo que me cuenta el pueblo saharaui y creo que ese objetivo lo cumpliré, en esta exposición, que se avecina, entenderán los campamentos desde mi punto de vista, desde la óptica personal de lo que han influido en mi vida, en mi forma de ver el mundo. No tengo más pretensiones, no quiero que mañana salgan a la calle con banderas de la Rasd gritando "Sahara Libre", eso ya va con cada uno. Pero si quiero que piensen un poco, es lo que he pretendido con todo el blog, que pensemos, que de una manera diferente se rompa ese bloqueo informativo que existe a nivel internacional para que no se conozca el problema del Sahara. Yo he sido el primero en aprender de esta experiencia, para toda la vida, inolvidable.
Sigo pues en mi camino, buscando contar historias, esta vez de arena y viento.
El próximo 4 de abril viajo de nuevo al los campamentos, esta vez será para continuar con el documental de Santi, nuevos compañeros de viaje.
Iremos a los territorios liberados, donde espero encontrar nuevas historias que contar.
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viernes, 6 de febrero de 2009
6 de febrero de 2009
Esta tarde me encontré con un amigo que estaba sentado en una terraza tomando algo, yo iba en el coche y paré justo a su lado. Desde la mesa me gritaba algo que para mí, con el ruido del tráfico y la vocecita de mi hija, era totalmente ininteligible, agudicé mi oído en en un momento dado pude entender la palabra Sahara, cuando la decía señalaba a dos personas que estaban sentadas con él. Entendí que esas personas habían visitado el Sahara recientemente, me miraron con cara de alegría y me saludaron con gran emoción. Tenían la cara que se le queda a uno cuando vuelve de los campamentos, una mezcla de excitación, alegría y nostalgia.
Ya queda menos para el Fisahara, y yo haré lo posible por ir de nuevo, no por el hecho de hacer más fotos, que por supuesto las haré, sino por estar entre ellos, sentir esa energía tan especial que desprenden los Saharauis. Es algo realmente emocionante, imperecedero. Les invito a todos a vivir la experiencia, vale la pena.
Yo sigo delante de la pantalla de mi ordenador descifrando el mensaje que me han dado, miles de imágenes, caras, cielos, jaimas, vida, color, todo está presente, está ahí contándome historias. Ha sido, o mejor dicho está siendo, un camino enriquecedor, amable. Cada rostro que amplío en la pantalla revela una mirada extraordinaria, como ya he dicho en otras ocasiones, unas veces llena de inocencia, otras de esperanza y otras de nostalgia, pero son miradas limpias, y sobre todo desesperadas.
En próximas entradas intentaré colgar algunos vídeos sobre el desarrollo de estas fases del trabajo, lo he intentado varias veces pero no lo logro así que seguiré investigando.
La vida nos pone mil regalos delante, debemos estar atentos a nuestro entorno, que es muy privilegiado, y ver más allá de lo que quieren que veamos, debemos estar atentos a las voces que se escuchan muy bajito, porque la mayoría de las veces son las más interesantes, en definitiva, nuestros sentidos están para que nosotros los usemos, no para que los usen por nosotros. El otro día, en unos de mis estados de letargo mental pensé: " Si fuésemos quienes éramos no seríamos quienes que somos". Me vino a la mente por motivo de ver a una "vieja" compañera del colegio, habían pasado más de 15 años sin verla, casi no la reconocía, pero era ella, con las experiencias que le han llevado a ser quién es hoy en día.
Ya queda menos para el Fisahara, y yo haré lo posible por ir de nuevo, no por el hecho de hacer más fotos, que por supuesto las haré, sino por estar entre ellos, sentir esa energía tan especial que desprenden los Saharauis. Es algo realmente emocionante, imperecedero. Les invito a todos a vivir la experiencia, vale la pena.
Yo sigo delante de la pantalla de mi ordenador descifrando el mensaje que me han dado, miles de imágenes, caras, cielos, jaimas, vida, color, todo está presente, está ahí contándome historias. Ha sido, o mejor dicho está siendo, un camino enriquecedor, amable. Cada rostro que amplío en la pantalla revela una mirada extraordinaria, como ya he dicho en otras ocasiones, unas veces llena de inocencia, otras de esperanza y otras de nostalgia, pero son miradas limpias, y sobre todo desesperadas.
En próximas entradas intentaré colgar algunos vídeos sobre el desarrollo de estas fases del trabajo, lo he intentado varias veces pero no lo logro así que seguiré investigando.
La vida nos pone mil regalos delante, debemos estar atentos a nuestro entorno, que es muy privilegiado, y ver más allá de lo que quieren que veamos, debemos estar atentos a las voces que se escuchan muy bajito, porque la mayoría de las veces son las más interesantes, en definitiva, nuestros sentidos están para que nosotros los usemos, no para que los usen por nosotros. El otro día, en unos de mis estados de letargo mental pensé: " Si fuésemos quienes éramos no seríamos quienes que somos". Me vino a la mente por motivo de ver a una "vieja" compañera del colegio, habían pasado más de 15 años sin verla, casi no la reconocía, pero era ella, con las experiencias que le han llevado a ser quién es hoy en día.
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domingo, 18 de enero de 2009
18 de enero de 2009
El fin de semana estuve viendo unas imágenes que rodé en mi primera visita al Sahara, algunas de ellas habían sido rodadas por Santi Ríos y no las había visto hasta entonces. Se veía nuestra llegada a Dajla en abril de 2007. Los primeros momentos en los que conocimos a la fabulosa familia Mohamed Salem, muy emotivo. Cuanto han cambiado los niños desde esas imágenes al año pasado y cuánto habrán cambiado hasta ahora, ya lo veré.
Es curioso, pero los niños han cambiado, sus caras, sus expresiones, pero hay algo que sigue igual y es la situación de los Saharauis, eso no ha cambiado nada, ni para mejor ni para peor, siguen igual, tal cual los dejamos, ¿ quizás no existan y solo los pongan ahí cuando va alguien a visitarlos?, para muchos sé que no existen, pero mientras haya aunque sea sólo una persona que sepa que están ahí será suficiente para que no se pierda su presencia, pero no solo es una, son muchas las personas que saben que los Saharauis existen, que son un pueblo libre, que son una sociedad íntegra con derechos, con todos los derechos; aunque ahora mismo en los tiempos que vivimos y lo que está sucediendo en Gaza uno se pregunta ¿ dónde están los derechos de los pueblos? y ¿porqué se permiten tremenda atrocidades?
En estos días buscaba semejanzas entre la situación de los Palestinos y la de los Saharuis y encontré muchas, son situaciones muy parecidas, casi idénticas, salvando algunas diferencias. Pero luego me fijaba en la repercusión que tienen diariamente las noticias que ocurren en Palestina y las que suceden en el Sahara, ahí se pierde la semejanza, me he dado cuenta que esto sólo sucede por el estado bélico que hay en Palestina, los Saharauis pasan casi inadvertidos porqué no se encuentran en guerra, espero que no sea ésta la única salida para que realmente tomen en serio su situación. llevan muchos años intentado volver a su tierra de una forma pacífica y digna de admiración, no dejemos que eso se estropee.
En estos días estoy ya comenzando a preparar las imágenes de El Pueblo Olvidado. Estoy disfrutando muchísimo descifrando en esos rostros un pasado lleno de historia y un futuro desbordado de esperanza.
Es curioso, pero los niños han cambiado, sus caras, sus expresiones, pero hay algo que sigue igual y es la situación de los Saharauis, eso no ha cambiado nada, ni para mejor ni para peor, siguen igual, tal cual los dejamos, ¿ quizás no existan y solo los pongan ahí cuando va alguien a visitarlos?, para muchos sé que no existen, pero mientras haya aunque sea sólo una persona que sepa que están ahí será suficiente para que no se pierda su presencia, pero no solo es una, son muchas las personas que saben que los Saharauis existen, que son un pueblo libre, que son una sociedad íntegra con derechos, con todos los derechos; aunque ahora mismo en los tiempos que vivimos y lo que está sucediendo en Gaza uno se pregunta ¿ dónde están los derechos de los pueblos? y ¿porqué se permiten tremenda atrocidades?
En estos días buscaba semejanzas entre la situación de los Palestinos y la de los Saharuis y encontré muchas, son situaciones muy parecidas, casi idénticas, salvando algunas diferencias. Pero luego me fijaba en la repercusión que tienen diariamente las noticias que ocurren en Palestina y las que suceden en el Sahara, ahí se pierde la semejanza, me he dado cuenta que esto sólo sucede por el estado bélico que hay en Palestina, los Saharauis pasan casi inadvertidos porqué no se encuentran en guerra, espero que no sea ésta la única salida para que realmente tomen en serio su situación. llevan muchos años intentado volver a su tierra de una forma pacífica y digna de admiración, no dejemos que eso se estropee.
En estos días estoy ya comenzando a preparar las imágenes de El Pueblo Olvidado. Estoy disfrutando muchísimo descifrando en esos rostros un pasado lleno de historia y un futuro desbordado de esperanza.
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