Aprovecho los últimos instantes de este año 2008 para escribir este último texto.
Tanto para mí como para la gente que me rodea y me lee creo que ha sido un año interesante, en el que he, hemos, descubierto muchísimas cosas sobre el pueblo Saharaui. Nos hemos acercado un poco más a una realidad cruda y palpable que sufren miles de personas diariamente, sin importar si es navidad, si es invierno, verano, si llueve, si no lo hace, si hace calor o mucho calor.
Conocer a los Saharauis para mí ha sido una experiencia única, me ha cambiado en muchísimas cosas, en mi forma de ver el mundo, de ver la justicia y sobre todo de ver al ser humano. Me han enseñado a ver las dos caras de la moneda, la de la insolidaridad y olvido, por parte de la ONU, los países del primer mundo y las grandes potencias y la cara de la fe y creencia en unos principios, algo que cualquier ser humano debería de tener como uno de sus valores principales, el pueblo Saharaui me ha hecho volver a creer en el ser humano.
Ahora que nuestro pueblo está en fiestas y todo son gastos y despilfarro por todas partes deténganse un momento y piensen que está pasando ahora mismo en el Sahara, en los campamentos de refugiados, sabemos que es otra religión y otra cultura y evidentemente no celebran las mismas fiestas que nosotros, pero si celebran fiestas, aunque parezca mentira, ahí, perdidos en la hamada argelina son y existen como pueblo, con todas sus costumbres, celebraciones y desengaños, pero sobre todo tienen un deseo común, de todo un país, volver a su tierra, poder caminar por sus calles, bañarse en sus aguas y descansar bajo sus palmeras, recorrer sus dunas y perseguir sus nubes.
Yo no pararé, el año que viene y como dije al principio de este blog, terminaré mi proyecto "El pueblo olvidado", con él terminará este blog, concebido para un fin concreto, pero yo no pararé, seguiré conociendo a los Saharauis y seguramente seguiré escribiendo sobre ellos y como cada día, tendré mis pensamientos para ellos. Y volveré al Sahara, seguro, y volveré con mis cámaras, seguro, y volveré a retratar al abuelo, seguro, y no pararé de tomar fotografías porque ellos transmiten lo que yo quiero captar, porque emiten un sonido muy especial que retumba cada día entre duna y duna, el sonido de la libertad.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
lunes, 15 de diciembre de 2008
15 de diciembre de 2008
En este artículo me voy a salir un poco de la línea establecida hasta la fecha. No, no es publicidad, se trata de promoción.
A partir de hoy y hasta el día 5 de enero se encuentra abierto al público MERKARTE, se trata de un mercado de arte en el que todo el mundo podrá ir para hacer un regalo diferente: ARTE. Hay treinta autores de diferentes modalidades: escultura, pintura y FOTOGRAFÍA. Cada uno tiene asignado un espacio en el que ponen a la venta diferentes obras a un precio asequible.
El motivo principal es animar a los autores, que vean que su trabajo tiene un espacio entre todos ustedes.
Yo, que tengo derecho a promocionarme en este espacio, tengo a vuestra entera disposición dos trabajos, una se llama REFUGIADOS, se trata de la primera serie que realicé del Sahara, son sólo cinco piezas únicas, de fotografía encapsulada en resina, algunas ya las hemos visto en este blog. Pues están a la venta, aunque me duela separarme de ellas si se van con alguno de ustedes pues me dolerá menos, pero me dará fuerzas para seguir desarrollando El Pueblo Olvidado.
También tengo otra serie de tamaño inferior que se titula VIAJE AL INTERIOR, son paisajes de la isla y la ciudad, éste trabajo se expuso en Nueva York, donde vendí algunas piezas.
Nada más, solo decir que los fotógrafos estamos en la planta alta de la sala , al fondo.
Espero que disfruten viendo y comprando arte.
Todo esto lo podrán ver en EL CIRCULO DE BELLAS ARTES, en la Calle del Castillo.
A partir de hoy y hasta el día 5 de enero se encuentra abierto al público MERKARTE, se trata de un mercado de arte en el que todo el mundo podrá ir para hacer un regalo diferente: ARTE. Hay treinta autores de diferentes modalidades: escultura, pintura y FOTOGRAFÍA. Cada uno tiene asignado un espacio en el que ponen a la venta diferentes obras a un precio asequible.
El motivo principal es animar a los autores, que vean que su trabajo tiene un espacio entre todos ustedes.
Yo, que tengo derecho a promocionarme en este espacio, tengo a vuestra entera disposición dos trabajos, una se llama REFUGIADOS, se trata de la primera serie que realicé del Sahara, son sólo cinco piezas únicas, de fotografía encapsulada en resina, algunas ya las hemos visto en este blog. Pues están a la venta, aunque me duela separarme de ellas si se van con alguno de ustedes pues me dolerá menos, pero me dará fuerzas para seguir desarrollando El Pueblo Olvidado.
También tengo otra serie de tamaño inferior que se titula VIAJE AL INTERIOR, son paisajes de la isla y la ciudad, éste trabajo se expuso en Nueva York, donde vendí algunas piezas.
Nada más, solo decir que los fotógrafos estamos en la planta alta de la sala , al fondo.
Espero que disfruten viendo y comprando arte.
Todo esto lo podrán ver en EL CIRCULO DE BELLAS ARTES, en la Calle del Castillo.
sábado, 29 de noviembre de 2008
29 de noviembre de 2008
Pasó noviembre. Ya comienzo a modelar lo que será "El Pueblo Olvidado", como dice Salva, a darle forma a esos granos de arena que se pegaron a mi objetivo cuando estaba en el desierto.
Con el paso de los meses he ido imaginándome como sería el resultado final, a pesar de tener una idea muy definida en cuanto a formas, aún no sé que dará esto de sí. Si sé que dará fruto, ya lo ha dado; alegrías, experiencias inolvidables, amigos para siempre.
El desierto hace amigos. Cualquiera se haría amigo de un Saharaui. En el desierto o en el mar.
No sé si yo tengo facilidad para hacer amigos, si sé que los he hecho, muchos me han durado "toda la vida", con otros tengo temporadas, otros son recientes, creo cuando uno conoce a alguien ya sabe desde el principio si será tú amigo para toda la vida. Podrán pasar años, pero los de verdad son años sin números, en vez de días son segundos, en vez de meses minutos. No es lo mismo que los amigos de la escuela, aunque yo presumo de tener uno desde el colegio, que a pesar de estar ahora algo separados mañana lo veo y es como si hubiese estado viviendo con él los últimos años, uno lo nota. El resto con el paso del tiempo serán conocidos, parte de las experiencias que te han modelado como persona.
¿Qué harías cuando un amigo lo está pasando mal?, pero mal de verdad, intentar ayudar, por lo menos aliviar ese sufrimiento. Cada día pienso en el Sahara. Hay cosas que no puedo dejar de hacer todos los días, una de ellas es hacer fotos, no puedo vivir un día sin apretar el botón de mi cámara, no puedo. Cada día también me acuerdo de Dajla, ¿qué estará haciendo Mariam ahora con su bebé?, ¿seguirá Soukaina trabajando en protocolo?, ¿cuánto habrán crecido Mulay y Geyla? ¿controlará su carácter Mamía?. Las dificultades te enseñan a ser solidario, a agruparte en tú entorno a persistir en tus ideales.
Hace unos días escuchaba una propuesta para la solución del conflicto del Sahara, no es una idea nueva, pero con la ilusión que la presentan puede ser interesante, proponen dividir el Sahara en dos partes, una , sur, declarándose como país independiente, donde los Saharauis podrían disfrutar de su territorio autónomo como país, con su bandera bien alta. La otra, norte, pasaría a ser autonomía de Marruecos hasta la realización de un referéndum de autodeterminación. Una vez más un país dividido, pero quizás una solución interesante para acabar con gran parte del sufrimiento, el tiempo dirá.
Yo sigo, metido con mis fotografías, intentando descifrar quién es y a dónde va el pueblo Saharaui, el pueblo Olvidado.
Con el paso de los meses he ido imaginándome como sería el resultado final, a pesar de tener una idea muy definida en cuanto a formas, aún no sé que dará esto de sí. Si sé que dará fruto, ya lo ha dado; alegrías, experiencias inolvidables, amigos para siempre.
El desierto hace amigos. Cualquiera se haría amigo de un Saharaui. En el desierto o en el mar.
No sé si yo tengo facilidad para hacer amigos, si sé que los he hecho, muchos me han durado "toda la vida", con otros tengo temporadas, otros son recientes, creo cuando uno conoce a alguien ya sabe desde el principio si será tú amigo para toda la vida. Podrán pasar años, pero los de verdad son años sin números, en vez de días son segundos, en vez de meses minutos. No es lo mismo que los amigos de la escuela, aunque yo presumo de tener uno desde el colegio, que a pesar de estar ahora algo separados mañana lo veo y es como si hubiese estado viviendo con él los últimos años, uno lo nota. El resto con el paso del tiempo serán conocidos, parte de las experiencias que te han modelado como persona.
¿Qué harías cuando un amigo lo está pasando mal?, pero mal de verdad, intentar ayudar, por lo menos aliviar ese sufrimiento. Cada día pienso en el Sahara. Hay cosas que no puedo dejar de hacer todos los días, una de ellas es hacer fotos, no puedo vivir un día sin apretar el botón de mi cámara, no puedo. Cada día también me acuerdo de Dajla, ¿qué estará haciendo Mariam ahora con su bebé?, ¿seguirá Soukaina trabajando en protocolo?, ¿cuánto habrán crecido Mulay y Geyla? ¿controlará su carácter Mamía?. Las dificultades te enseñan a ser solidario, a agruparte en tú entorno a persistir en tus ideales.
Hace unos días escuchaba una propuesta para la solución del conflicto del Sahara, no es una idea nueva, pero con la ilusión que la presentan puede ser interesante, proponen dividir el Sahara en dos partes, una , sur, declarándose como país independiente, donde los Saharauis podrían disfrutar de su territorio autónomo como país, con su bandera bien alta. La otra, norte, pasaría a ser autonomía de Marruecos hasta la realización de un referéndum de autodeterminación. Una vez más un país dividido, pero quizás una solución interesante para acabar con gran parte del sufrimiento, el tiempo dirá.
Yo sigo, metido con mis fotografías, intentando descifrar quién es y a dónde va el pueblo Saharaui, el pueblo Olvidado.
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sábado, 15 de noviembre de 2008
15 de noviembre de 2008
Hoy desfilaban en Madrid miles de personas pidiendo al gobierno español que se implique en la solución del Sahara.
¿Por qué no coinciden las acciones de un gobierno con la voluntad del pueblo?.
La lucha dura ya 33 años. Toda una vida para muchos. Distancia, guerra, exilio, olvido.
¿Hay solución para el conflicto?.
Cada día los granos de arena del desierto se desplazan de un lado a otro movidos por el viento, sin fronteras, sin miedo a ser frenados, sin ningún muro que los detenga. Creo que los Saharauis se definen como granos de arena, siempre iban libres de un lugar a otro recorriendo su desierto. Pero, desde hace algunos, muchos, años ya no corren por el desierto, los ha atrapado la Hamada, no, no ha sido la Hamada, han sido muchas otras causas: una descolonización fracasada, una invasión militar, una guerra sin sentido y digo sin sentido porqué nunca lo tuvo, no en la lógica del derecho legítimo de los Saharauis a defender su territorio, lo que es suyo, lo digo el el sin sentido que tienen las guerras, ese que hace que miles de inocentes, creo que todos lo son, se ven inmersos en un torbellino que les atrapa y en muchos casos los aniquila.
¿Qué deben pensar esos miles de jóvenes que se encuentran en los campamentos de refugiados sin hacer nada?
Llegas allí y piensas, estos chicos tendrían que formarse, ejercer un oficio, pero luego miras su entorno y ves que no hay muchas opciones, que no pueden desarrollarse como pueblo, como sociedad. Están organizados, si, tienen escuelas, hospitales, incluso hace poco han abierto una pizzería y una pastelería. Pero ¿ qué sentido tiene todo esto en medio del desierto?. Imagino que todas las tardes, cuando el sol se pone en el horizonte llano del desierto, estos jóvenes se miraran a la cara y se harán mil preguntas.
Y que hay de los miles de Saharauis que viven en los territorios ocupados, ¿ no pensarán lo mismo?. Los derechos humanos son violados diariamente, la discriminación, tanto laboral como escolar, es habitual, se deben sentir prisioneros en su casa. Imaginen esos niños que van a la escuela y que por mucho que estudien y destaquen sistemáticamente serán puntuados de forma inferior a un ocupante. Esto es una forma de derrumbar ilusiones, de aniquilar pensamientos.
Es una situación complicada. cada día que pasa, cada minuto, se deteriora. Creo que es muy urgente resolver el conflicto, los gobiernos, la onu, o a quién corresponda deben actuar ya.
No sé si lo mejor será dividir el Sahara, como planteaba James Baker hace unos años.
No sé si lo mejor es hacer una nueva "marcha verde", pero esta vez a la inversa y con derecho.
No sé si lo mejor es comenzar de nuevo la guerra.
No sé si lo mejor es obligar a Marruecos a cumplir las resoluciones de la ONU.
Pero lo que si sé, sabemos, es que hay que mover ya, ahora, no mañana ni pasado, ahora.
El conflicto está tomando un carácter negativo. Son muchos años. La paciencia que caracteriza a los Saharauis ya no tiene hacia donde expandirse, les está oprimiendo de verdad.
Cada día pienso que será el principio del fin. El inicio de todo, el renacer.
¿Por qué no coinciden las acciones de un gobierno con la voluntad del pueblo?.
La lucha dura ya 33 años. Toda una vida para muchos. Distancia, guerra, exilio, olvido.
¿Hay solución para el conflicto?.
Cada día los granos de arena del desierto se desplazan de un lado a otro movidos por el viento, sin fronteras, sin miedo a ser frenados, sin ningún muro que los detenga. Creo que los Saharauis se definen como granos de arena, siempre iban libres de un lugar a otro recorriendo su desierto. Pero, desde hace algunos, muchos, años ya no corren por el desierto, los ha atrapado la Hamada, no, no ha sido la Hamada, han sido muchas otras causas: una descolonización fracasada, una invasión militar, una guerra sin sentido y digo sin sentido porqué nunca lo tuvo, no en la lógica del derecho legítimo de los Saharauis a defender su territorio, lo que es suyo, lo digo el el sin sentido que tienen las guerras, ese que hace que miles de inocentes, creo que todos lo son, se ven inmersos en un torbellino que les atrapa y en muchos casos los aniquila.
¿Qué deben pensar esos miles de jóvenes que se encuentran en los campamentos de refugiados sin hacer nada?
Llegas allí y piensas, estos chicos tendrían que formarse, ejercer un oficio, pero luego miras su entorno y ves que no hay muchas opciones, que no pueden desarrollarse como pueblo, como sociedad. Están organizados, si, tienen escuelas, hospitales, incluso hace poco han abierto una pizzería y una pastelería. Pero ¿ qué sentido tiene todo esto en medio del desierto?. Imagino que todas las tardes, cuando el sol se pone en el horizonte llano del desierto, estos jóvenes se miraran a la cara y se harán mil preguntas.
Y que hay de los miles de Saharauis que viven en los territorios ocupados, ¿ no pensarán lo mismo?. Los derechos humanos son violados diariamente, la discriminación, tanto laboral como escolar, es habitual, se deben sentir prisioneros en su casa. Imaginen esos niños que van a la escuela y que por mucho que estudien y destaquen sistemáticamente serán puntuados de forma inferior a un ocupante. Esto es una forma de derrumbar ilusiones, de aniquilar pensamientos.
Es una situación complicada. cada día que pasa, cada minuto, se deteriora. Creo que es muy urgente resolver el conflicto, los gobiernos, la onu, o a quién corresponda deben actuar ya.
No sé si lo mejor será dividir el Sahara, como planteaba James Baker hace unos años.
No sé si lo mejor es hacer una nueva "marcha verde", pero esta vez a la inversa y con derecho.
No sé si lo mejor es comenzar de nuevo la guerra.
No sé si lo mejor es obligar a Marruecos a cumplir las resoluciones de la ONU.
Pero lo que si sé, sabemos, es que hay que mover ya, ahora, no mañana ni pasado, ahora.
El conflicto está tomando un carácter negativo. Son muchos años. La paciencia que caracteriza a los Saharauis ya no tiene hacia donde expandirse, les está oprimiendo de verdad.
Cada día pienso que será el principio del fin. El inicio de todo, el renacer.
martes, 21 de octubre de 2008
21 de octubre de 2008
Qué difícil es vivir en el desierto. Hace unos días leía una noticia en el periódico que contaba que unas inundaciones habían arrasado algunos de los campamentos de refugiados en Tindouf. Es increíble sólo pensarlo. Ya los Saharauis no persiguen las nubes, las nubes van a ellos y los arrasan. Como ha cambiado el desierto.
Durante siglos han perseguido las nubes a lo largo de todo su territorio, sin mayores problemas. Ahora cada año les visitan las nubes y sin complacencia les dicen: "Aquí estamos, no vengan a buscarnos". Pero las nubes ya no son buenas, antes les daban pastos para sus animales, les daban agua para beber, ahora les dejan problemas y miseria. Cada año se repite la misma historia, pero ya no es la historia de siempre, es otra, la del exilio. Esta es muy distinta a la que cuentan los abuelos, en ellas no hay nómadas, no hay largos viajes, no hay alegría. El desierto ha cambiado mucho. Echa de menos a los Saharauis.
Pero el Sahara no es conformista. No quiere ser pisoteado, no quiere llenarse de minas, no quiere que sus habitantes sean infelices. Quiere que todo vuelva a ser como antes, como hace 33 años, bueno, no, mejor como hace 127 años, cuando los españoles aún no habían puesto un pie encima.
Pero la justicia no es justa, o no ha querido serlo. Se siguen oyendo voces que no respetan la legalidad internacional, esas voces se perderán en el desierto. Sólo hay un grito que retumba en las arenas, que retumba dentro de cada uno de nosotros, es el clamor de la libertad. Creo que no es tan difícil, sólo hay que cumplir unas resoluciones, sólo hay que leer unos dictámenes.
Cada día, después de rezar hacia el este, los Saharauis miran hacia el oeste, hacia su tierra y vuelven a decir unas palabras, son susurros pero seguro que el desierto los recibe como gritos de libertad.
miércoles, 8 de octubre de 2008
8 de octubre de 2008
Varias personas conocidas me han preguntado por las imágenes que puse en el último texto, más bien querían saber de la técnica, ¿qué son los encapsulados en resina?. En las siguientes líneas voy a explicar en qué consiste y cómo llegué yo a ellos.
El que me conozca desde hace años sabrá que durante el año 1996 a 1999 tuve una empresa, Emede Creativos, junto a Marcos Lago, esa humilde empresa se dedicaba a realizar soportes publicitarios, esculturas en fibra de vidrio, carteles, maquetas, etc... Que años.... recuerdos... las noches enteras trabajando en el taller, las personas que conocimos, las experiencias que nos hicieron aprender y madurar, tantas cosas que no caben en las palabras.
Uno de los materiales con los que trabajábamos las esculturas de fibra de vidrio era la resina, el otro la fibra en sí. La resina existe en varias fórmulas, unas en poliéster, otras en epoxy y hoy en día otras en acrílico. Nosotros usábamos mucho las de poliéster, que eran las más baratas, eso sí, el olor que desprendían era insoportable y siempre había que usar máscaras. y así transcurrían nuestros días, rodeados de arte, en cada trabajo teníamos que poner mucho de cada uno, Marcos, por su experiencia y talento me enseñó muchísimo, y él imagino, habrá aprendido algo de mí, eso lo tendría que decir él, pero en su blog, jejeje.
En esos días yo no me dedicaba profesionalmente a la fotografía, creo que esas épocas de descanso y dedicación a otras tareas son enriquecedoras, por lo menos a mí me resultan, cambiar de aires siempre es bueno. Pero sin embargo seguía ligado a la fotografía artística participando en varias Bienales de Fotonoviembre y en alguna que otra colectiva entre las que recuerdo especialmente "El Rey dormido" en la sala de CajaCanarias del Puerto de la Cruz.
Recuerdo que fue en 1997, en el verano, cuando teniendo unas fotografías en el taller que preparaba para una exposición se me ocurrió echarles resina encima, por probar, haber que pasa, el resultado fu desastroso estéticamente, pero me dejo con el gusanillo de hacerlo un poco mejor, de esto hace 11 años y todavía hoy sigo aprendiendo como mejorar las piezas finales, siempre se le puede dar a todo una vuelta más. Esta primera prueba fue con resina epoxy, que es transparente pero muy amarilla, luego probé con la resina transparente que se usa para realizar tablas de surf y los resultados fueron mejores, esta es la línea que seguí trabajando en los siguientes años.
Pero no se vayan a creer que esto fue un invento mío, no, para nada, creo que a mucha gente se le habrá ocurrido lo mismo en diferentes lugares del planeta, aquí. en Canarias, yo no conozco a nadie, pero hace unos años, en 2003, con motivo de la Bienal de Fotonoviembre de dicho año tuve la oportunidad de conocer a un fotógrafo llamado José Ramón Bas, el tío se sorprendió cuando vio unas piezas de resina que yo llevaba encima, flipamos los dos un rato, empezó a decirme que él también trabajaba piezas en resina, con una técnica muy parecida a la mía. Yo además, ese año exponía en Tacoronte mis primeras piezas en resina, de la serie "Viajes Imaginarios", de hecho, si las comparo con las que hago ahora no tienen nada que ver, eran mis inicios en el tratamiento del material y gracias a Dios ha evolucionado..... a mejor. Aprovecho para invitarles a visitar la página de José Ramón, el tío es un verdadero especialista en el tratamiento de la resina. además sus fotografías son impresionantes. www.joseramonbas.com . Intercambiamos algunos métodos de trabajo que me han servido mucho en mi evolución personal. Gracias José.
Con el tiempo me he ido enterando que en algunos lugares realizan los encapsulados de manera industrial, es decir, si quieres encapsular tú foto la envías a una empresa y te la devuelven terminada, también he visto que prestan el servicio con otras variantes en algunos laboratorios de fotografía.
Pero, si está industrializado ¿qué tiene de gracioso hacerlo uno?, pues en mi caso para mí es todo un proceso artesanal, encapsular cada pieza a mí me lleva unos días ya que lo hago por capas y tengo que ir esperando a que sequen las anteriores para seguir avanzando, a veces me desespero, pero por lo general disfruto mucho con él, sé que al terminar cada pieza será única, no habrá una igual, aunque vuelva a encapsular la misma fotografía no quedará igual, lleva un método manual de encapsulado, lijado, lijado, lijado, cada vez con lijas más finas, al final con lijas al agua y por último se pule la pieza para darle brillo. En alguna se me ocurre hacerle cosas encima como darle betún de judea como a las últimas, pero seguramente ahora se lo quite y le vuelva a aplicar cualquier otra cosa, tengo que seguir investigando, probando. cada pieza nueva me sugiere algo y en algunas ocasiones me apetece seguir trabajando sobre ellas, al fin y al cabo cuando la termino me invade una gran satisfacción, no quiero compararlo con parir, pero es como tener un hijo, salvando las distancias. Cada pieza es única, sé que no habrá otra igual, y de momento, en todos los casos, sólo realizo una copia de esa fotografía que encapsulo.
El proyecto "El Pueblo Olvidado" está concebido para ser encapsulado, además en el caso de las fotografías sobre el Sahara y los Saharauis tiene un simbolismo muy especial, ya que algo similar le sucede a ellos, se van encapsulando, petrificando en las dunas del desierto. Algún día, cuando el Sahara sea libre estas piezas quedaran de testimonio de un pasado poco afortunado pero que no habría que olvidar.
El que me conozca desde hace años sabrá que durante el año 1996 a 1999 tuve una empresa, Emede Creativos, junto a Marcos Lago, esa humilde empresa se dedicaba a realizar soportes publicitarios, esculturas en fibra de vidrio, carteles, maquetas, etc... Que años.... recuerdos... las noches enteras trabajando en el taller, las personas que conocimos, las experiencias que nos hicieron aprender y madurar, tantas cosas que no caben en las palabras.
Uno de los materiales con los que trabajábamos las esculturas de fibra de vidrio era la resina, el otro la fibra en sí. La resina existe en varias fórmulas, unas en poliéster, otras en epoxy y hoy en día otras en acrílico. Nosotros usábamos mucho las de poliéster, que eran las más baratas, eso sí, el olor que desprendían era insoportable y siempre había que usar máscaras. y así transcurrían nuestros días, rodeados de arte, en cada trabajo teníamos que poner mucho de cada uno, Marcos, por su experiencia y talento me enseñó muchísimo, y él imagino, habrá aprendido algo de mí, eso lo tendría que decir él, pero en su blog, jejeje.
En esos días yo no me dedicaba profesionalmente a la fotografía, creo que esas épocas de descanso y dedicación a otras tareas son enriquecedoras, por lo menos a mí me resultan, cambiar de aires siempre es bueno. Pero sin embargo seguía ligado a la fotografía artística participando en varias Bienales de Fotonoviembre y en alguna que otra colectiva entre las que recuerdo especialmente "El Rey dormido" en la sala de CajaCanarias del Puerto de la Cruz.
Recuerdo que fue en 1997, en el verano, cuando teniendo unas fotografías en el taller que preparaba para una exposición se me ocurrió echarles resina encima, por probar, haber que pasa, el resultado fu desastroso estéticamente, pero me dejo con el gusanillo de hacerlo un poco mejor, de esto hace 11 años y todavía hoy sigo aprendiendo como mejorar las piezas finales, siempre se le puede dar a todo una vuelta más. Esta primera prueba fue con resina epoxy, que es transparente pero muy amarilla, luego probé con la resina transparente que se usa para realizar tablas de surf y los resultados fueron mejores, esta es la línea que seguí trabajando en los siguientes años.
Pero no se vayan a creer que esto fue un invento mío, no, para nada, creo que a mucha gente se le habrá ocurrido lo mismo en diferentes lugares del planeta, aquí. en Canarias, yo no conozco a nadie, pero hace unos años, en 2003, con motivo de la Bienal de Fotonoviembre de dicho año tuve la oportunidad de conocer a un fotógrafo llamado José Ramón Bas, el tío se sorprendió cuando vio unas piezas de resina que yo llevaba encima, flipamos los dos un rato, empezó a decirme que él también trabajaba piezas en resina, con una técnica muy parecida a la mía. Yo además, ese año exponía en Tacoronte mis primeras piezas en resina, de la serie "Viajes Imaginarios", de hecho, si las comparo con las que hago ahora no tienen nada que ver, eran mis inicios en el tratamiento del material y gracias a Dios ha evolucionado..... a mejor. Aprovecho para invitarles a visitar la página de José Ramón, el tío es un verdadero especialista en el tratamiento de la resina. además sus fotografías son impresionantes. www.joseramonbas.com . Intercambiamos algunos métodos de trabajo que me han servido mucho en mi evolución personal. Gracias José.
Con el tiempo me he ido enterando que en algunos lugares realizan los encapsulados de manera industrial, es decir, si quieres encapsular tú foto la envías a una empresa y te la devuelven terminada, también he visto que prestan el servicio con otras variantes en algunos laboratorios de fotografía.
Pero, si está industrializado ¿qué tiene de gracioso hacerlo uno?, pues en mi caso para mí es todo un proceso artesanal, encapsular cada pieza a mí me lleva unos días ya que lo hago por capas y tengo que ir esperando a que sequen las anteriores para seguir avanzando, a veces me desespero, pero por lo general disfruto mucho con él, sé que al terminar cada pieza será única, no habrá una igual, aunque vuelva a encapsular la misma fotografía no quedará igual, lleva un método manual de encapsulado, lijado, lijado, lijado, cada vez con lijas más finas, al final con lijas al agua y por último se pule la pieza para darle brillo. En alguna se me ocurre hacerle cosas encima como darle betún de judea como a las últimas, pero seguramente ahora se lo quite y le vuelva a aplicar cualquier otra cosa, tengo que seguir investigando, probando. cada pieza nueva me sugiere algo y en algunas ocasiones me apetece seguir trabajando sobre ellas, al fin y al cabo cuando la termino me invade una gran satisfacción, no quiero compararlo con parir, pero es como tener un hijo, salvando las distancias. Cada pieza es única, sé que no habrá otra igual, y de momento, en todos los casos, sólo realizo una copia de esa fotografía que encapsulo.
El proyecto "El Pueblo Olvidado" está concebido para ser encapsulado, además en el caso de las fotografías sobre el Sahara y los Saharauis tiene un simbolismo muy especial, ya que algo similar le sucede a ellos, se van encapsulando, petrificando en las dunas del desierto. Algún día, cuando el Sahara sea libre estas piezas quedaran de testimonio de un pasado poco afortunado pero que no habría que olvidar.
viernes, 3 de octubre de 2008
3 de octubre de 2008
Hola de nuevo.
Llevaba unas semanas sin escribir, y no es que no tenga nada que contar. Me he tomado unos días para trabajar en unas piezas que llevan mucho trabajo.
El blog va a dar hoy pequeño giro, desde que comencé a escribir en junio he intentado mantenerme al margen de la situación política que vive el pueblo Saharaui, he llegado a la conclusión de que es imposible, no obstante es un problema político. Al fin y al cabo uno tiene que tomar partido por una causa o situación, yo siempre estaré al lado del oprimido. En este caso es muy cercano, conozco su realidad de primera mano, sin pasar por el filtro ineludible de la prensa. Mi situación ahora es ambigua, por un lado mi visión como artista me lleva a expresar ciertas emociones por medio de mis obras, por otro lado está mi obligación como ciudadano, como persona que no es otra que dar a conocer lo que está sucediendo, que como dice mi amigo José Antonio todo el mundo conoce algo del tema pero realmente no saben lo que está sucediendo. Para terminar esta parte e ir a lo mío les invito a visitar una página web donde si queréis tenéis toda la información y noticias diarias: www.saharalibre.es
Ahora hablamos de arte, o por lo menos de cosas que voy haciendo, que me surgen y que ahí están, aún no sé para qué pero ahí están.
Esta pieza la acabo de terminar, el día 1 por la mañana. Me ha llevado unas dos semanas realizarla físicamente, pero otras más darle en mi imaginación la forma que se puede ver. La he imaginado y se ha convertido en algo real. No forma parte del proyecto El Pueblo Olvidado, por lo menos de la exposición, o eso creo. Cuando uno se mete a desarrollar un proyecto no sabe ni cuando empieza , ni como se desarrolla ni cuál será el resultado final. El camino de un proyecto ¿es un camino recto?, no, no creo en las líneas que marcan un camino. Recuerdo que de pequeño había una especie de test que se le hacía a los niños sobre diferentes formas y figuras para determinar lo que veían en ellos y como resolver ciertos problemas, sería para mostrarnos que no solo hay un punto de vista de las cosas y que los límites, dentro de las reglas, están para saltárselos; había uno en especial que consistía e unir nueve puntos dispuestos en tres columnas de tres, pero había que unirlos con cuatro líneas y sin levantar el bolígrafo del papel, a mí me gustaba especialmente, lo resolví a la primera.
Esto me enseñó a ver las cosas un poco más allá, como si las viese desde arriba o escondido a través de una ventana, creo que es una buena técnica para resolver muchos problemas que nos surgen a diario y que se nos vienen encima pero que tienen una solución sencilla.
Pero.... ¿esto qué es una página de autoayuda o de arte?. Vamos a lo nuestro..... Sí, ya lo tengo la pieza del cubo, ésta es, la he titulado "las cinco caras del viento", está compuesta por la pieza en sí, que es un encapsulado en resina, y una base negra sobre la que va la pieza principal. La razón de que sea un cubo pues es para mostrar las distintas caras que tiene una situación, desde cualquier punto de vista, incluso desde arriba, veremos algo que nos hablará de los Saharauis, son retratos, es un acercamiento personal a éste pueblo, he intentado representar su sociedad, con viejos, adultos y niños. El encapsulado representa la situación que viven, ahí, en la hamada argelina, esperando, petrificándose como la resina. En la base también acompañan a cada lado una palabra que define la situación del pueblo Saharaui: "EXILIO - REFUGIADOS - OLVIDO - GUERRA Y MURO",ésta última va en la parte superior de la base y queda tapada por la pieza, por lo que no se puede leer al ver la pieza, esto también quiere decir algo, representa el muro de la vergüenza que ha levantado Marruecos y que atraviesa todo el Sahara Occidental, desde Marruecos a Mauritania y que no tiene otro objetivo que el de oprimir al pueblo Saharaui, de separarlo, al poner la pieza encima simbolizo la fuerza y la firmeza que tienen los Saharauis en poder volver a su país.
Estas otras piezas, no sé si están terminadas aún o me queda algo por hacer en ellas, la primera fase, que es el encapsulado y en este caso los poemas de cinco poetas Saharauis escritos a mano sobre un soporte de madera. Las tenía en casa desde hace meses y en estos días animado por la nueva pieza me decidí a meterles mano y a terminarlas, por lo menos hasta ahora, quizás el camino que estoy siguiendo me lleve a darles un nuevo giro.
Creo que por hoy está bien. Después de varias semanas sin escribir esto es un buen atracón de palabras, de imágenes y de solidaridad.
Llevaba unas semanas sin escribir, y no es que no tenga nada que contar. Me he tomado unos días para trabajar en unas piezas que llevan mucho trabajo.
El blog va a dar hoy pequeño giro, desde que comencé a escribir en junio he intentado mantenerme al margen de la situación política que vive el pueblo Saharaui, he llegado a la conclusión de que es imposible, no obstante es un problema político. Al fin y al cabo uno tiene que tomar partido por una causa o situación, yo siempre estaré al lado del oprimido. En este caso es muy cercano, conozco su realidad de primera mano, sin pasar por el filtro ineludible de la prensa. Mi situación ahora es ambigua, por un lado mi visión como artista me lleva a expresar ciertas emociones por medio de mis obras, por otro lado está mi obligación como ciudadano, como persona que no es otra que dar a conocer lo que está sucediendo, que como dice mi amigo José Antonio todo el mundo conoce algo del tema pero realmente no saben lo que está sucediendo. Para terminar esta parte e ir a lo mío les invito a visitar una página web donde si queréis tenéis toda la información y noticias diarias: www.saharalibre.es
Ahora hablamos de arte, o por lo menos de cosas que voy haciendo, que me surgen y que ahí están, aún no sé para qué pero ahí están.
Esta pieza la acabo de terminar, el día 1 por la mañana. Me ha llevado unas dos semanas realizarla físicamente, pero otras más darle en mi imaginación la forma que se puede ver. La he imaginado y se ha convertido en algo real. No forma parte del proyecto El Pueblo Olvidado, por lo menos de la exposición, o eso creo. Cuando uno se mete a desarrollar un proyecto no sabe ni cuando empieza , ni como se desarrolla ni cuál será el resultado final. El camino de un proyecto ¿es un camino recto?, no, no creo en las líneas que marcan un camino. Recuerdo que de pequeño había una especie de test que se le hacía a los niños sobre diferentes formas y figuras para determinar lo que veían en ellos y como resolver ciertos problemas, sería para mostrarnos que no solo hay un punto de vista de las cosas y que los límites, dentro de las reglas, están para saltárselos; había uno en especial que consistía e unir nueve puntos dispuestos en tres columnas de tres, pero había que unirlos con cuatro líneas y sin levantar el bolígrafo del papel, a mí me gustaba especialmente, lo resolví a la primera.
Esto me enseñó a ver las cosas un poco más allá, como si las viese desde arriba o escondido a través de una ventana, creo que es una buena técnica para resolver muchos problemas que nos surgen a diario y que se nos vienen encima pero que tienen una solución sencilla.
Pero.... ¿esto qué es una página de autoayuda o de arte?. Vamos a lo nuestro..... Sí, ya lo tengo la pieza del cubo, ésta es, la he titulado "las cinco caras del viento", está compuesta por la pieza en sí, que es un encapsulado en resina, y una base negra sobre la que va la pieza principal. La razón de que sea un cubo pues es para mostrar las distintas caras que tiene una situación, desde cualquier punto de vista, incluso desde arriba, veremos algo que nos hablará de los Saharauis, son retratos, es un acercamiento personal a éste pueblo, he intentado representar su sociedad, con viejos, adultos y niños. El encapsulado representa la situación que viven, ahí, en la hamada argelina, esperando, petrificándose como la resina. En la base también acompañan a cada lado una palabra que define la situación del pueblo Saharaui: "EXILIO - REFUGIADOS - OLVIDO - GUERRA Y MURO",ésta última va en la parte superior de la base y queda tapada por la pieza, por lo que no se puede leer al ver la pieza, esto también quiere decir algo, representa el muro de la vergüenza que ha levantado Marruecos y que atraviesa todo el Sahara Occidental, desde Marruecos a Mauritania y que no tiene otro objetivo que el de oprimir al pueblo Saharaui, de separarlo, al poner la pieza encima simbolizo la fuerza y la firmeza que tienen los Saharauis en poder volver a su país.
Estas otras piezas, no sé si están terminadas aún o me queda algo por hacer en ellas, la primera fase, que es el encapsulado y en este caso los poemas de cinco poetas Saharauis escritos a mano sobre un soporte de madera. Las tenía en casa desde hace meses y en estos días animado por la nueva pieza me decidí a meterles mano y a terminarlas, por lo menos hasta ahora, quizás el camino que estoy siguiendo me lleve a darles un nuevo giro.
Creo que por hoy está bien. Después de varias semanas sin escribir esto es un buen atracón de palabras, de imágenes y de solidaridad.
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domingo, 14 de septiembre de 2008
14 de septiembre de 2008
Allí apareció, de nuevo, como la vez anterior, con las primeras luces del día.
Pero esta vez ya me sabía el guión, esta vez mis sensaciones fueron diferentes. No fue la impresión que me causó la primera vez, impactante, toda mi vida tendré esa imagen conmigo. Ahora no veía un campamento de refugiados, veía la ciudad de unos amigos, igual que cuando vas de vacaciones todos los veranos a un mismo lugar, miraba todo con unos ojos diferentes, con curiosidad y complacencia veía a mis amigos. Mis acompañantes del coche era la primera vez que visitaban un campamento de refugiados Saharauis y era curioso oír sus comentarios, ,los mismos que me hacía yo hace un año. "Mira con van vestidos", "Joder esas son las casas?", "Está lleno de cabras", " Mira, mira: un camello"...Por mis pensamientos en esos momentos pasaron mil imágenes, mil recuerdos, mil historias. La vida en el exilio de cientos de personas, en medio de un desierto que han sabido dominar, que lo han hecho su compañero.
Bajamos de los land rovers. De nuevo aquella imagen, cientos de niños apiñados, de todas las edades, mirándonos con una alegría inmensa, un grupo de mujeres sentadas con sus melfas golpeadas por el viento dando a aquél paisaje amarillo un toque multicolor y la barrera de policías que no dejaban pasar a los niños. Yo bajé y rápidamente me puse a buscar a los niños de la familia, hacerlo con las mujeres sería imposible, ya que las melfas las cubren totalmente y encima llevan gafas de sol.
Encontré a Mamía, estaba grandísima, luego apareció Laila. Hice mis gestiones con la organización, necesitaba un grupo de cinco personas. Aquí es donde entran mis amigos malagueños. Les dije que se vinieran conmigo, que tenía la mejor familia Saharaui que hay, que iban a estar como en su casa, ni se lo pensaron, así entraron en la familia Mohamed Yasmina y Jóse, Sergio tenía su familia allí ya que tiene todos los veranos a una niña en acogida y son de Dajla así que se instaló con ellos, ¿con quién estaría mejor? en dos días se incorporaría Salamu que visitaba a su abuela en otro de los campamentos
Cuando nos metimos en el jeep para bajar a la casa yo casi que le iba indicando al conductor por donde tenía que ir, me conocía esa parte de Dajla como la palma de mi mano. Allí estaban todos, bajé y fui a buscar al abuelo, iba saludando a todo el mundo que me encontraba y allí apareció, con su porte atlético a los sesenta y nueve años, su turbante perfectamente encajado, sus piernas arqueadas y esa cara llena de arrugas que contaban cientos de historias. "Salam Aleikum", "Aleikum Salam" y un fuerte abrazo joder.Que personaje. Al momento apareció Mariam, fue extraño, no sabía si abrazarla o besarla, las costumbres de los musulmanes todavía son un misterio para mí, al final le di un abrazo y que sea lo que Dios quiera, ella sonrió.
Nos instalaron en una de las casas de adobe. Allí empezó a llegar gente y a saludar, una docena de niños, todas las hermanas, algunos de los maridos y por fin llegó, el té. Mariam llegó con la bandejita del té, se me hizo la boca agua y le dije a mis compañeros: "Prepárense a alucinar con esto", no me refería al sabor del té, que es impresionante, sino a toda la ceremonia que lo envuelve, el arte con que lo hacen, el ritual que conlleva y el significado que tiene.
El planteamiento de éste viaje lo hice de forma que iba a disfrutar de cada momento, al ir a mi aire no tenía presión de ningún tipo, me paraba a hablar con todo el mundo, me invitaban a tomar té en muchas jaimas, iba a los pocas tiendas que hay y me ponía a hablar con los dueños, muchos de ellos hablaban español y yo no paraba de preguntarles sobre sus tierras, cómo eran sus vidas antes de 1975. Algunos tenían comercios, otros trabajaban en las minas de Bucrá, otros eran militares de Tropas Nómadas, era alucinante. Pero si hay algo que me impresionó mucho y que no había podido apreciar el año pasado fueron los rostros de las personas, sobre todo los mayores, esos ojos hundidos, rodeados de arrugas, escrutando mi interior y queriendo decir mil cosas. Ojos que miran el futuro queriendo recuperar el pasado.
No quiero seguir alargándome más, creo que todo lo que me falta por contar lo haré mejor con mis imágenes, con esa esperada exposición. Lo que si me gustaría es destacar algunas cosas que me resultaron interesantes en este viaje, y lo haré de forma muy esquemática, con frases cortas.
Conocí mientras caminaba por las polvorientas calles de Dajla a Mamud, 14 años, un perfecto español. Comenzamos a hablar y rápidamente conectamos, me dijo "¿A dónde vas?... Te acompaño". El tío es un líder, un niño pero con una mentalidad muy madura, hablaba de cualquier cosa, de la vida en los campamentos, lo duro que es estar ahí, de su país RASD, del antiguo líder guerrillero y ahora mártir El Uali. Caminé con él por varios lugares, fuimos a la escuela, al hospital, me llevó a un cementerio musulmán, no comprendía porqué quería hacer fotos en ese lugar, me dijo que no lo hiciera, así que sólo tomé dos fotos y seguimos camino, me gusta respetar las costumbres y creencias de la gente, aunque sólo sea un niño. Luego le pedí que me llevase a la parte alta de Dajla, había oído hablar de una zona en la que las dunas habían invadido parte del pueblo y la gente había tenido que abandonar las casas y trasladar las jaimas a un lugar más seguro. Allí nos sucedió algo interesante, por llamarlo de alguna forma.
Esta parte de Dajla está muy apartada del centro, se nota que es como una zona algo más deprimida dentro de la situación que viven los Saharauis en general, se notaba en la gente, en las casas y en la forma de comunicarse conmigo. Encontramos a un grupo de niños y tras hablar un poco con ellos nos fuimos, al momento empezó a caer sobre nosotros una lluvia de piedras, no hubo forma de disuadirlos, tuvimos que huir a la carrera.
El abuelo Mohamed me dejó conducir su viejo Land Rover, me decía que tenía un problema, le salía humo blanco por el tubo de escape, yo de listo le dije que había tenido uno igual en Tenerife, lo arranqué salí y a los 20 metros me quedé trancado en un banco de arena, todos los niños estaban descojonados y el abuelo jurando en árabe, jajaa. Al final saqué el coche y se lo dejé en su lugar con la promesa de buscarle en Tenerife un parlier nuevo. Me dijo Sukaina que era muy raro, que el abuelo me tenía que apreciar mucho ya que nunca le había dejado conducir su coche a nadie.
Me quedo también con el espíritu de Yasmina, Sergio, Salamu y Jóse son chicos de 19 años pero con una mentalidad increíble, solidarios, respetuosos y amigos.
El día en que ya nos íbamos el abuelo me mandó a buscar, me llevaron a su jaima y allí estaba sentado junto a su mujer, me dijo que me quería hacer unos regalos, me dio pulseras para Lina y Lara, unos collares y una alfombra roja preciosa, la abuela me llenó de colonia. Eternamente agradecido.
Y lo más destacable es el esfuerzo que está haciendo el pueblo Saharaui por su libertad. Esa lucha sin armas, con el uso del diálogo. con todos sus derechos de reclamar lo que les pertenece, con la imprudencia y abandono de los Gobiernos más poderosos, con la hipocresía de los mismos. Un pueblo, el Saharaui, que lucha por algo justo, no están pidiendo lo que no les pertenece, sólo lo que ha sido de ellos durante miles de años y que un mal paso de España los dejó sin nada, bueno sí con algo si, con guerras, exterminios, hambre, pobreza, discriminación, olvido y abandono.
Desde la conciencia de cada uno se debe hacer algo para dejar este mundo un poco mejor de como lo encontramos, como decía Baden Powell. Este blog es mi pequeña "arma" contra la injusticia, mi grano de arena.
Pero esta vez ya me sabía el guión, esta vez mis sensaciones fueron diferentes. No fue la impresión que me causó la primera vez, impactante, toda mi vida tendré esa imagen conmigo. Ahora no veía un campamento de refugiados, veía la ciudad de unos amigos, igual que cuando vas de vacaciones todos los veranos a un mismo lugar, miraba todo con unos ojos diferentes, con curiosidad y complacencia veía a mis amigos. Mis acompañantes del coche era la primera vez que visitaban un campamento de refugiados Saharauis y era curioso oír sus comentarios, ,los mismos que me hacía yo hace un año. "Mira con van vestidos", "Joder esas son las casas?", "Está lleno de cabras", " Mira, mira: un camello"...Por mis pensamientos en esos momentos pasaron mil imágenes, mil recuerdos, mil historias. La vida en el exilio de cientos de personas, en medio de un desierto que han sabido dominar, que lo han hecho su compañero.
Bajamos de los land rovers. De nuevo aquella imagen, cientos de niños apiñados, de todas las edades, mirándonos con una alegría inmensa, un grupo de mujeres sentadas con sus melfas golpeadas por el viento dando a aquél paisaje amarillo un toque multicolor y la barrera de policías que no dejaban pasar a los niños. Yo bajé y rápidamente me puse a buscar a los niños de la familia, hacerlo con las mujeres sería imposible, ya que las melfas las cubren totalmente y encima llevan gafas de sol.
Encontré a Mamía, estaba grandísima, luego apareció Laila. Hice mis gestiones con la organización, necesitaba un grupo de cinco personas. Aquí es donde entran mis amigos malagueños. Les dije que se vinieran conmigo, que tenía la mejor familia Saharaui que hay, que iban a estar como en su casa, ni se lo pensaron, así entraron en la familia Mohamed Yasmina y Jóse, Sergio tenía su familia allí ya que tiene todos los veranos a una niña en acogida y son de Dajla así que se instaló con ellos, ¿con quién estaría mejor? en dos días se incorporaría Salamu que visitaba a su abuela en otro de los campamentos
Cuando nos metimos en el jeep para bajar a la casa yo casi que le iba indicando al conductor por donde tenía que ir, me conocía esa parte de Dajla como la palma de mi mano. Allí estaban todos, bajé y fui a buscar al abuelo, iba saludando a todo el mundo que me encontraba y allí apareció, con su porte atlético a los sesenta y nueve años, su turbante perfectamente encajado, sus piernas arqueadas y esa cara llena de arrugas que contaban cientos de historias. "Salam Aleikum", "Aleikum Salam" y un fuerte abrazo joder.Que personaje. Al momento apareció Mariam, fue extraño, no sabía si abrazarla o besarla, las costumbres de los musulmanes todavía son un misterio para mí, al final le di un abrazo y que sea lo que Dios quiera, ella sonrió.
Nos instalaron en una de las casas de adobe. Allí empezó a llegar gente y a saludar, una docena de niños, todas las hermanas, algunos de los maridos y por fin llegó, el té. Mariam llegó con la bandejita del té, se me hizo la boca agua y le dije a mis compañeros: "Prepárense a alucinar con esto", no me refería al sabor del té, que es impresionante, sino a toda la ceremonia que lo envuelve, el arte con que lo hacen, el ritual que conlleva y el significado que tiene.
El planteamiento de éste viaje lo hice de forma que iba a disfrutar de cada momento, al ir a mi aire no tenía presión de ningún tipo, me paraba a hablar con todo el mundo, me invitaban a tomar té en muchas jaimas, iba a los pocas tiendas que hay y me ponía a hablar con los dueños, muchos de ellos hablaban español y yo no paraba de preguntarles sobre sus tierras, cómo eran sus vidas antes de 1975. Algunos tenían comercios, otros trabajaban en las minas de Bucrá, otros eran militares de Tropas Nómadas, era alucinante. Pero si hay algo que me impresionó mucho y que no había podido apreciar el año pasado fueron los rostros de las personas, sobre todo los mayores, esos ojos hundidos, rodeados de arrugas, escrutando mi interior y queriendo decir mil cosas. Ojos que miran el futuro queriendo recuperar el pasado.
No quiero seguir alargándome más, creo que todo lo que me falta por contar lo haré mejor con mis imágenes, con esa esperada exposición. Lo que si me gustaría es destacar algunas cosas que me resultaron interesantes en este viaje, y lo haré de forma muy esquemática, con frases cortas.
Conocí mientras caminaba por las polvorientas calles de Dajla a Mamud, 14 años, un perfecto español. Comenzamos a hablar y rápidamente conectamos, me dijo "¿A dónde vas?... Te acompaño". El tío es un líder, un niño pero con una mentalidad muy madura, hablaba de cualquier cosa, de la vida en los campamentos, lo duro que es estar ahí, de su país RASD, del antiguo líder guerrillero y ahora mártir El Uali. Caminé con él por varios lugares, fuimos a la escuela, al hospital, me llevó a un cementerio musulmán, no comprendía porqué quería hacer fotos en ese lugar, me dijo que no lo hiciera, así que sólo tomé dos fotos y seguimos camino, me gusta respetar las costumbres y creencias de la gente, aunque sólo sea un niño. Luego le pedí que me llevase a la parte alta de Dajla, había oído hablar de una zona en la que las dunas habían invadido parte del pueblo y la gente había tenido que abandonar las casas y trasladar las jaimas a un lugar más seguro. Allí nos sucedió algo interesante, por llamarlo de alguna forma.
Esta parte de Dajla está muy apartada del centro, se nota que es como una zona algo más deprimida dentro de la situación que viven los Saharauis en general, se notaba en la gente, en las casas y en la forma de comunicarse conmigo. Encontramos a un grupo de niños y tras hablar un poco con ellos nos fuimos, al momento empezó a caer sobre nosotros una lluvia de piedras, no hubo forma de disuadirlos, tuvimos que huir a la carrera.
El abuelo Mohamed me dejó conducir su viejo Land Rover, me decía que tenía un problema, le salía humo blanco por el tubo de escape, yo de listo le dije que había tenido uno igual en Tenerife, lo arranqué salí y a los 20 metros me quedé trancado en un banco de arena, todos los niños estaban descojonados y el abuelo jurando en árabe, jajaa. Al final saqué el coche y se lo dejé en su lugar con la promesa de buscarle en Tenerife un parlier nuevo. Me dijo Sukaina que era muy raro, que el abuelo me tenía que apreciar mucho ya que nunca le había dejado conducir su coche a nadie.
Me quedo también con el espíritu de Yasmina, Sergio, Salamu y Jóse son chicos de 19 años pero con una mentalidad increíble, solidarios, respetuosos y amigos.
El día en que ya nos íbamos el abuelo me mandó a buscar, me llevaron a su jaima y allí estaba sentado junto a su mujer, me dijo que me quería hacer unos regalos, me dio pulseras para Lina y Lara, unos collares y una alfombra roja preciosa, la abuela me llenó de colonia. Eternamente agradecido.
Y lo más destacable es el esfuerzo que está haciendo el pueblo Saharaui por su libertad. Esa lucha sin armas, con el uso del diálogo. con todos sus derechos de reclamar lo que les pertenece, con la imprudencia y abandono de los Gobiernos más poderosos, con la hipocresía de los mismos. Un pueblo, el Saharaui, que lucha por algo justo, no están pidiendo lo que no les pertenece, sólo lo que ha sido de ellos durante miles de años y que un mal paso de España los dejó sin nada, bueno sí con algo si, con guerras, exterminios, hambre, pobreza, discriminación, olvido y abandono.
Desde la conciencia de cada uno se debe hacer algo para dejar este mundo un poco mejor de como lo encontramos, como decía Baden Powell. Este blog es mi pequeña "arma" contra la injusticia, mi grano de arena.
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martes, 2 de septiembre de 2008
2 de septiembre de 2008
Qué buenas son las vacaciones!
Hace unos días realicé una llamada a Sevilla, a Utrera. Hablé un ratito con Mamia, una de las niñas de la familia de Dajla, estuvo dos meses de verano con una familia de acogida, al igual que otros 10.000 niños Saharauis repartidos por media España, en un proyecto que se llama "Vacaciones en Paz", aunque más que Vacaciones en Paz debería de llamarse "Vacaciones fuera del Horno" o algo así. Creo que es un programa bastante interesante que ayuda a miles de niños a pasar un verano algo más agradable. Pero aún son muchos los que no tienen oportunidad de acogerse a estos programas y me pregunta es ¿qué hacen esos dos meses en pleno desierto? ¿cómo lo aguantan? . En verdad son unos héroes.
Volviendo a Mamia me hizo un rápido repaso por todos los miembros de la familia y de la nueva incorporación hace apenas quince días con un nuevo bebé, de Mariam. Felicidades!
Sin querer desviarme de lo que realmente me ha empujado a escribir éste blog, que es el proyecto "El Pueblo Olvidado", me gustaría seguir relatando alguna de las experiencias que me cambiaron en el Sáhara. Y es que mi segundo viaje, en abril de 2008, me llevó con otro fin bien diferente al primero. Ahora conocía lo que pasaba, me había inmerso todo el año en la bibliografía más extensa que pude encontrar sobre el Sáhara Occidental, ahora conocía una realidad diferente a la que nos pintan todos los días y todo ello fruto de la propia experiencia, no hay mejor fuente que beber directamente de ella. Y allí estaba de nuevo, cogiendo un avión para Madrid, esta vez con cámara digital para no tener problemas de película, "armado" sólo con mi cámara de fotos.
La cola de nuevo inmensa, cada persona llevaba tres o cuatro paquetes, la mayoría con ayuda y regalos, mi mochila estaba a reventar, creo que debería pesar sobre cuarenta kilos. Como era de esperar salimos con una ligero retraso, yo ya me conocía el panorama e iba preparado, tanto para la espera con avituallamiento como para el frío nocturno del aeropuerto de Tindouf. El vuelo era con Air Argelia, hay que tener un par de ellos para no acojonarse en ese avión, hay que verlo, yo me senté en mi sillón y de ahí no me moví en todo el viaje. Ni comida ni película ni nada. Escala en Orán y llegada a Tndouf a las cuatro de la mañana. En el avión iban sentados delante de mi cuatro pibillos andaluces que no paraban de hablar. Al final me aprendí toda su vida sólo con oírlos, de Málaga, estudiantes de periodismo, tres malagueños y un Saharaui, hasta sus nombres, José, Sergio, Yasmina y Salamu y los nombro ahora porque al final se convirtieron en parte de mi viaje, ya veréis como.
Pasamos la aduana y tras haber descargado todos los equipajes en la cinta ( porque creo que el aeropuerto de Tindouf, que por cierto es aeropuerto militar, no hay presupuesto para los descargadores de maletas y allí las dejan en unos carros inmensos y nosotros mismos tenemos que bajarlas a la cinta y pasarlas por el escáner, ver para creer y además la ventilación del aeropuerto es una turbina de avión, palabra).
Luego viene la aventura de subirse a los todo terrenos, fuera esperan los representantes Saharauis con todos los coches y los camiones para el material, todas las mochilas y bultos a los camiones y a colocarse en los jeeps en grupos de seis para que quepamos todos, En mi Toyota Land Cruiser ( este año he subido de nivel), nos colocamos dos chicos de Valencia, de una productora, Juan Carlos y Patricia y los tres malagueños, Salamu iba en otro coche que le llevaría a otro de los campamentos para ver a su familia y se incorporaría en unos días en Dajla.
Y así arrancó este segundo viaje al Sáhara, ahora solo quedaban cuatro horas de carretera y pista en una noche fría pero acogedora por medio del desierto.
Allá vamos Dajla.
Hace unos días realicé una llamada a Sevilla, a Utrera. Hablé un ratito con Mamia, una de las niñas de la familia de Dajla, estuvo dos meses de verano con una familia de acogida, al igual que otros 10.000 niños Saharauis repartidos por media España, en un proyecto que se llama "Vacaciones en Paz", aunque más que Vacaciones en Paz debería de llamarse "Vacaciones fuera del Horno" o algo así. Creo que es un programa bastante interesante que ayuda a miles de niños a pasar un verano algo más agradable. Pero aún son muchos los que no tienen oportunidad de acogerse a estos programas y me pregunta es ¿qué hacen esos dos meses en pleno desierto? ¿cómo lo aguantan? . En verdad son unos héroes.
Volviendo a Mamia me hizo un rápido repaso por todos los miembros de la familia y de la nueva incorporación hace apenas quince días con un nuevo bebé, de Mariam. Felicidades!
Sin querer desviarme de lo que realmente me ha empujado a escribir éste blog, que es el proyecto "El Pueblo Olvidado", me gustaría seguir relatando alguna de las experiencias que me cambiaron en el Sáhara. Y es que mi segundo viaje, en abril de 2008, me llevó con otro fin bien diferente al primero. Ahora conocía lo que pasaba, me había inmerso todo el año en la bibliografía más extensa que pude encontrar sobre el Sáhara Occidental, ahora conocía una realidad diferente a la que nos pintan todos los días y todo ello fruto de la propia experiencia, no hay mejor fuente que beber directamente de ella. Y allí estaba de nuevo, cogiendo un avión para Madrid, esta vez con cámara digital para no tener problemas de película, "armado" sólo con mi cámara de fotos.
La cola de nuevo inmensa, cada persona llevaba tres o cuatro paquetes, la mayoría con ayuda y regalos, mi mochila estaba a reventar, creo que debería pesar sobre cuarenta kilos. Como era de esperar salimos con una ligero retraso, yo ya me conocía el panorama e iba preparado, tanto para la espera con avituallamiento como para el frío nocturno del aeropuerto de Tindouf. El vuelo era con Air Argelia, hay que tener un par de ellos para no acojonarse en ese avión, hay que verlo, yo me senté en mi sillón y de ahí no me moví en todo el viaje. Ni comida ni película ni nada. Escala en Orán y llegada a Tndouf a las cuatro de la mañana. En el avión iban sentados delante de mi cuatro pibillos andaluces que no paraban de hablar. Al final me aprendí toda su vida sólo con oírlos, de Málaga, estudiantes de periodismo, tres malagueños y un Saharaui, hasta sus nombres, José, Sergio, Yasmina y Salamu y los nombro ahora porque al final se convirtieron en parte de mi viaje, ya veréis como.
Pasamos la aduana y tras haber descargado todos los equipajes en la cinta ( porque creo que el aeropuerto de Tindouf, que por cierto es aeropuerto militar, no hay presupuesto para los descargadores de maletas y allí las dejan en unos carros inmensos y nosotros mismos tenemos que bajarlas a la cinta y pasarlas por el escáner, ver para creer y además la ventilación del aeropuerto es una turbina de avión, palabra).
Luego viene la aventura de subirse a los todo terrenos, fuera esperan los representantes Saharauis con todos los coches y los camiones para el material, todas las mochilas y bultos a los camiones y a colocarse en los jeeps en grupos de seis para que quepamos todos, En mi Toyota Land Cruiser ( este año he subido de nivel), nos colocamos dos chicos de Valencia, de una productora, Juan Carlos y Patricia y los tres malagueños, Salamu iba en otro coche que le llevaría a otro de los campamentos para ver a su familia y se incorporaría en unos días en Dajla.
Y así arrancó este segundo viaje al Sáhara, ahora solo quedaban cuatro horas de carretera y pista en una noche fría pero acogedora por medio del desierto.
Allá vamos Dajla.
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martes, 19 de agosto de 2008
19 de agosto de 2008
Sigo esperando, al igual que los Saharauis.
Parece que de nuevo nuestros caminos siguen paralelos. Ustedes esperan por un referéndum y yo espero para comenzar a desarrollar mi proyecto. Claro que mi proyecto no es de vida como el vuestro. Yo espero por algo material, vosotros por algo tan inmenso que no cabe en una palabra, LIBERTAD.
No quiero seguir comparando dos situaciones tan opuestas, ojalá estuviesen ustedes en mi situación y nadie en la vuestra.
Pero los tiempos de espera sirven para mejorar, para pensar y desarrollar nuevas ideas y caminos en los que comenzar a indagar.
Lo que ha hecho el pueblo Saharaui en estos 33 años ya lo sabemos. Ha pensado mucho, ha reflexionado y ha aguantado, ¿hasta cuándo?, no creo que mucho más. He dicho mil veces que es un pueblo alegre y optimista, pero también he visto en muchos de ellos la desilusión y el desconcierto, he visto en ellos la tristeza y la añoranza, la confusión y la rabia y ¿quién se lo puede reprochar?, nadie, absolutamente. Creo que debería ser todo lo contrario, admirable. No siempre es fácil elegir lo que menos deseas, lo que menos te conviene, pero éste pueblo lo ha hecho ha elegido la PAZ y la diplomacia, el diálogo, algo tan escaso en nuestros días cuando un país decide a su antojo dónde y cómo comenzar una guerra. Pero al igual que yo antes deseaba que los Saharauis estuviesen en mi situación os invito a todos a ponerse en la situación de los Saharauis...
A que no es fácil, ¿estaríais aún en medio de la nada esperando? . Imaginemos ahora que lo que sucedió en el Sahara Occidental en 1975 hubiese sucedido en otro país, por ejemplo europeo, ¿cuánto hubiese durado esa situación? ¿ 33 años?. No, vivimos en un mundo de intereses donde unos pocos manejan a su antojo las cuerdas que nos mueven, dónde cada movimiento que se produce en el planeta está predeterminado, causado
Y ahora somos todos los que esperamos, todos los que creemos en la justicia, en la Paz, en la solidaridad, esperamos en las arenas del desierto, mirando al cielo, esperando a que una mañana junto al sol venga la Libertad.
Parece que de nuevo nuestros caminos siguen paralelos. Ustedes esperan por un referéndum y yo espero para comenzar a desarrollar mi proyecto. Claro que mi proyecto no es de vida como el vuestro. Yo espero por algo material, vosotros por algo tan inmenso que no cabe en una palabra, LIBERTAD.
No quiero seguir comparando dos situaciones tan opuestas, ojalá estuviesen ustedes en mi situación y nadie en la vuestra.
Pero los tiempos de espera sirven para mejorar, para pensar y desarrollar nuevas ideas y caminos en los que comenzar a indagar.
Lo que ha hecho el pueblo Saharaui en estos 33 años ya lo sabemos. Ha pensado mucho, ha reflexionado y ha aguantado, ¿hasta cuándo?, no creo que mucho más. He dicho mil veces que es un pueblo alegre y optimista, pero también he visto en muchos de ellos la desilusión y el desconcierto, he visto en ellos la tristeza y la añoranza, la confusión y la rabia y ¿quién se lo puede reprochar?, nadie, absolutamente. Creo que debería ser todo lo contrario, admirable. No siempre es fácil elegir lo que menos deseas, lo que menos te conviene, pero éste pueblo lo ha hecho ha elegido la PAZ y la diplomacia, el diálogo, algo tan escaso en nuestros días cuando un país decide a su antojo dónde y cómo comenzar una guerra. Pero al igual que yo antes deseaba que los Saharauis estuviesen en mi situación os invito a todos a ponerse en la situación de los Saharauis...
A que no es fácil, ¿estaríais aún en medio de la nada esperando? . Imaginemos ahora que lo que sucedió en el Sahara Occidental en 1975 hubiese sucedido en otro país, por ejemplo europeo, ¿cuánto hubiese durado esa situación? ¿ 33 años?. No, vivimos en un mundo de intereses donde unos pocos manejan a su antojo las cuerdas que nos mueven, dónde cada movimiento que se produce en el planeta está predeterminado, causado
Y ahora somos todos los que esperamos, todos los que creemos en la justicia, en la Paz, en la solidaridad, esperamos en las arenas del desierto, mirando al cielo, esperando a que una mañana junto al sol venga la Libertad.
miércoles, 13 de agosto de 2008
13 de agosto de 2008
Al final salí ganando.
Fui al Sahara a trabajar y volví lleno de ilusión. No paraba de contarle a todo el mundo cómo había sido la experiencia, lo que estaba y está pasando con el pueblo saharaui. Como a pesar de todo están llenos de vida, de ilusión y esperanza. Sólo quieren volver a su tierra.
Cuando terminaba mi experiencia en Dajla, me quedo con un recuerdo muy especial. Conmovedor. Ya la noche se había cerrado sobre nosotros y el millón de estrellas había vuelto a asomarse en la inmensidad del desierto. Mientras todos charlaban en el interior de la jaima salí al exterior para respirar por última vez el agradable frescor que inundaba la noche, allí, me senté sobre la arena, aún tibia, miraba al cielo y pedía volver pronto a sentir una experiencia como ésta. Soukaina se acercó y me preguntó "¿Qué piensa David?", por un momento permanecí en silencio y al rato le dije, " no entiendo porque siguen aquí, el lugar es maravilloso, pero solo para nosotros que estamos una semana, no me imagino vivir siempre aquí, no hay nada" y Soukaina, con sus 19 años y la experiencia de toda su corta vida en el desierto me contesta " si estamos aquí es porque Alá así lo quiere, cuando deje de quererlo volveremos a nuestras casas". En ese momento me miró y sonrió, sin mediar palabra se puso a rezar sobre la arena sus oraciones diarias. Aquella imagen, un cielo con mil estrellas, una jaima en medio del desierto con murmullos de voces y una joven saharaui orando a su Dios se quedó conmigo para siempre. Me hizo ver lo diferentes que podemos ser y lo cerca que podemos sentirnos.
Fui al Sahara a trabajar y volví lleno de ilusión. No paraba de contarle a todo el mundo cómo había sido la experiencia, lo que estaba y está pasando con el pueblo saharaui. Como a pesar de todo están llenos de vida, de ilusión y esperanza. Sólo quieren volver a su tierra.
Cuando terminaba mi experiencia en Dajla, me quedo con un recuerdo muy especial. Conmovedor. Ya la noche se había cerrado sobre nosotros y el millón de estrellas había vuelto a asomarse en la inmensidad del desierto. Mientras todos charlaban en el interior de la jaima salí al exterior para respirar por última vez el agradable frescor que inundaba la noche, allí, me senté sobre la arena, aún tibia, miraba al cielo y pedía volver pronto a sentir una experiencia como ésta. Soukaina se acercó y me preguntó "¿Qué piensa David?", por un momento permanecí en silencio y al rato le dije, " no entiendo porque siguen aquí, el lugar es maravilloso, pero solo para nosotros que estamos una semana, no me imagino vivir siempre aquí, no hay nada" y Soukaina, con sus 19 años y la experiencia de toda su corta vida en el desierto me contesta " si estamos aquí es porque Alá así lo quiere, cuando deje de quererlo volveremos a nuestras casas". En ese momento me miró y sonrió, sin mediar palabra se puso a rezar sobre la arena sus oraciones diarias. Aquella imagen, un cielo con mil estrellas, una jaima en medio del desierto con murmullos de voces y una joven saharaui orando a su Dios se quedó conmigo para siempre. Me hizo ver lo diferentes que podemos ser y lo cerca que podemos sentirnos.
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viernes, 1 de agosto de 2008
1 de agosto de 2008
Aquellos primeros días en el desierto me parecieron muy excitantes. Cada acontecimiento, por común y rutinario que fuese para un saharaui, era para mí una nueva experiencia. Ir a ver los camellos, caminar hacia un lugar, el horizonte, que parecía estar siempre a la misma distancia, preparar el pan por la mañanas, tomar el té a todas horas, mirar como el viento lanzaba a una velocidad endiablada miles de granos de arena contra cualquier objeto. Todo era maravilloso.
Recuerdo con especial nostalgia aquella noche en la que Santi, David "Colombia" y yo decidimos aventurarnos hacia el exterior del campamento en una bóveda plagada de mil estrellas. Creo que ha sido el cielo más bonito e impresionante que he visto en mi vida, no cabían más estrellas sobre nosotros, al no tener referencias de montañas como en Tenerife, eran 180 grados de millones de luces. Como ha ocurrido a lo largo del tiempo, los tres amigos que caminaban por el desierto charlaban sobre lo maravillosa que era la vida y las experiencias que iban llenando nuestro camino por ella. Tampoco hay farolas en el desierto, ahora teníamos que volver, al girarnos todo era oscuridad, algunas de las casas de adobe tenían las luces encendidas, pero ¿cuál era la nuestra?, decidimos avanzar hacia el campamento. Por suerte uno de ellos había sido boina verde y se sabía orientar, incluso en la oscuridad, dando una lección magistral a mis compañeros los llevé hasta la misma puerta de nuestra jaima.
Y se me fue llenando el corazón. Y el pueblo saharaui se agarraba cada vez más fuerte. Conocimos infinidad de personas. En cada rincón venía alguien a saludarte "Hola , ¿cómo estás?, ¿eres de Sevilla?". Siempre hay una sonrisa amable en la que refugiarte, alguien con quién conversar sobre la antigua colonia española. Hombres y mujeres que vivían y trabajaban como españoles, como mis padres, gente que iba al cine ( cine Las Dunas en El Aaiúm ), que tenía sus negocios, que trabajaba en las minas de Fos Bucrá, que eran militares, eso sí nunca accedían a los puestos de oficiales reservados para los españoles, motivo que imagino no sentaría muy bien entre la población nativa, ya que era una forma como tantas otras de discriminación.
Cada vez que hablaba con algún viejo de El Aaiúm intentaba escudriñar entre sus palabras alguna referencia de algo que me pudiese recordar a a alguna de las historias de José Luís. Pero la perspectiva del saharaui es muy diferente, eran dos realidades similares pero paralelas.
Nuestros improvisados guías, los niños, ya tenían nombre Soukaina, Mamía, Gela, Mulay.... cuanto cariño desprenden. A cada instante te están cogiendo la mano, "Ven aquí, tú eres mí amigo", están siempre pendientes de que no te pierdas y a la menor ocasión los pequeños ya están trepando por tu espalda. Sus rostros deberían ser duros como el desierto, pero son dulces, amables, bondadosos y curiosos. Les encantaba ver fotos, me pedían a cada momento que sacase la foto de Lara para verla mil veces y decir "Que guapa!""¿cuándo viene a Dajla?". Se sentían muy orgullosos de acompañarnos, de ser nuestros guías, se ponían pavitos cuando nos cruzábamos con otros niños que no acompañaban a ningún extranjero, se te pegaban más, no sé si buscando protección o diciendo "Este es mi amigo", con certeza lo segundo.
Recuerdo con especial nostalgia aquella noche en la que Santi, David "Colombia" y yo decidimos aventurarnos hacia el exterior del campamento en una bóveda plagada de mil estrellas. Creo que ha sido el cielo más bonito e impresionante que he visto en mi vida, no cabían más estrellas sobre nosotros, al no tener referencias de montañas como en Tenerife, eran 180 grados de millones de luces. Como ha ocurrido a lo largo del tiempo, los tres amigos que caminaban por el desierto charlaban sobre lo maravillosa que era la vida y las experiencias que iban llenando nuestro camino por ella. Tampoco hay farolas en el desierto, ahora teníamos que volver, al girarnos todo era oscuridad, algunas de las casas de adobe tenían las luces encendidas, pero ¿cuál era la nuestra?, decidimos avanzar hacia el campamento. Por suerte uno de ellos había sido boina verde y se sabía orientar, incluso en la oscuridad, dando una lección magistral a mis compañeros los llevé hasta la misma puerta de nuestra jaima.
Y se me fue llenando el corazón. Y el pueblo saharaui se agarraba cada vez más fuerte. Conocimos infinidad de personas. En cada rincón venía alguien a saludarte "Hola , ¿cómo estás?, ¿eres de Sevilla?". Siempre hay una sonrisa amable en la que refugiarte, alguien con quién conversar sobre la antigua colonia española. Hombres y mujeres que vivían y trabajaban como españoles, como mis padres, gente que iba al cine ( cine Las Dunas en El Aaiúm ), que tenía sus negocios, que trabajaba en las minas de Fos Bucrá, que eran militares, eso sí nunca accedían a los puestos de oficiales reservados para los españoles, motivo que imagino no sentaría muy bien entre la población nativa, ya que era una forma como tantas otras de discriminación.
Cada vez que hablaba con algún viejo de El Aaiúm intentaba escudriñar entre sus palabras alguna referencia de algo que me pudiese recordar a a alguna de las historias de José Luís. Pero la perspectiva del saharaui es muy diferente, eran dos realidades similares pero paralelas.
Nuestros improvisados guías, los niños, ya tenían nombre Soukaina, Mamía, Gela, Mulay.... cuanto cariño desprenden. A cada instante te están cogiendo la mano, "Ven aquí, tú eres mí amigo", están siempre pendientes de que no te pierdas y a la menor ocasión los pequeños ya están trepando por tu espalda. Sus rostros deberían ser duros como el desierto, pero son dulces, amables, bondadosos y curiosos. Les encantaba ver fotos, me pedían a cada momento que sacase la foto de Lara para verla mil veces y decir "Que guapa!""¿cuándo viene a Dajla?". Se sentían muy orgullosos de acompañarnos, de ser nuestros guías, se ponían pavitos cuando nos cruzábamos con otros niños que no acompañaban a ningún extranjero, se te pegaban más, no sé si buscando protección o diciendo "Este es mi amigo", con certeza lo segundo.
sábado, 12 de julio de 2008
12 de julio de 2008
Ayer comentaba con alguien que había estado en los campamentos de refugiados lo duro que es esa vida, no te esperas que en medio de ese desierto pueda , no solo vivir gente, sino haber vida. Siempre que intento describir como es el lugar en el que se encuentran los campamentos acabo diciendo que hay que verlo para saberlo, que es indescriptible, yo puedo decir: "es un lugar inhóspito, con un calor impresionante y un viento que no cesa", pero sí, como en cualquier situación hasta que no la vives no te haces realmente a la idea, es como en una novela que lees, en el que se describe un lugar, tú te haces tú imagen mental de ese lugar, si algún día tienes la ocasión de visitarlo seguro que te cambia toda la perspectiva. Pues con esto es igual, pero sin embargo sí hay algo que puedo describir y contar y sé que acertarás y te harás una idea muy clara, y es sobre los Saharauis, te voy a decir como son: son atrevidos, nada tímidos; son curiosos; son cultos; sociables; amables; abiertos; generosos.
Cuando entras por primera vez en una jaima, ya será tú hogar para siempre, los tendrás ahí para toda la vida. Nada más llegar ya están sirviéndote algo de comida, agua o cualquier cosa que puedan compartir. Te mantienes curioso, intentando descifrar el galimatías del árabe, algo imposible. Los Saharauis hablan una derivación del árabe, el hassanía, con el que comparten un 80% de las palabras, es curioso, a mí me daba la sensación de que estaban discutiendo todo el tiempo hasta que de repente soltaban una carcajada. Por suerte para nosotros la mayoría de los niños y jóvenes hablan español, por lo que se convirtieron en nuestros inseparables compañeros. Lo del español de los Saharauis es interesante, te encuentras un Saharaui hablando con un acento andaluz cerrado y con una gracia especial, al rato hablas con otro que tiene acento catalán y otro más con acento canario, muchos de ellos pasan los veranos en distintos lugares de España y adquieren el acento de cada rincón.
El primer día que llegamos al Sahara veníamos agotados , ellos lo sabían y tuvieron la delicadeza de retirarse pronto, después de la bienvenida, para dejarnos descansar. Todos mis compañeros cayeron rendidos. Yo no pude, era demasiada la emoción que estaba viviendo en esos momentos que no pude resistir y salí de la habitación, al instante tres o cuatro niños ya estaban a mí alrededor cogiéndome de las manos, me llevaron a una jaima donde estaba toda la familia reunida. Allí fue donde conocí al abuelo Mohamed, me invitaron a pasar y allí me senté en el suelo junto a ellos , las preguntas comenzaron a llegar, ¿cómo te llamas?, ¿cuántos años tienes?, ¿estás casado?, ¿cuántos hijos tienes?, ¿porqué sólo tienes uno?,..... Yo respondía divertido a ese interrogatorio cariñoso que me hacía la familia Mohamed.
Para que se puedan situar un poco, como ya saben estamos en el campamento(wilaya) de Dajla , en el barrio (daira) Bin Nzarán, la familia que nos ha acogido es la familia Mohamed, compuesta por el padre, Mohamed, y sus seis hijas, que me perdonen por no acordarme de los nombres de todas, nosotros nos alojamos en la casa de Mariam. Es costumbre entre los Saharauis que las hijas vivan alrededor de su padre, cuando se casan montan sus jaimas y casas de adobe alrededor de sus padres, los hijos que se casen harán lo mismo alrededor del padre de su esposa. Pero ellos no tienen ese problema ya que son todo mujeres.
A partir de ahora ya sabemos donde estamos y como se llama nuestra anfitriona, Mariam Mohamed Salem.
Cuando entras por primera vez en una jaima, ya será tú hogar para siempre, los tendrás ahí para toda la vida. Nada más llegar ya están sirviéndote algo de comida, agua o cualquier cosa que puedan compartir. Te mantienes curioso, intentando descifrar el galimatías del árabe, algo imposible. Los Saharauis hablan una derivación del árabe, el hassanía, con el que comparten un 80% de las palabras, es curioso, a mí me daba la sensación de que estaban discutiendo todo el tiempo hasta que de repente soltaban una carcajada. Por suerte para nosotros la mayoría de los niños y jóvenes hablan español, por lo que se convirtieron en nuestros inseparables compañeros. Lo del español de los Saharauis es interesante, te encuentras un Saharaui hablando con un acento andaluz cerrado y con una gracia especial, al rato hablas con otro que tiene acento catalán y otro más con acento canario, muchos de ellos pasan los veranos en distintos lugares de España y adquieren el acento de cada rincón.
El primer día que llegamos al Sahara veníamos agotados , ellos lo sabían y tuvieron la delicadeza de retirarse pronto, después de la bienvenida, para dejarnos descansar. Todos mis compañeros cayeron rendidos. Yo no pude, era demasiada la emoción que estaba viviendo en esos momentos que no pude resistir y salí de la habitación, al instante tres o cuatro niños ya estaban a mí alrededor cogiéndome de las manos, me llevaron a una jaima donde estaba toda la familia reunida. Allí fue donde conocí al abuelo Mohamed, me invitaron a pasar y allí me senté en el suelo junto a ellos , las preguntas comenzaron a llegar, ¿cómo te llamas?, ¿cuántos años tienes?, ¿estás casado?, ¿cuántos hijos tienes?, ¿porqué sólo tienes uno?,..... Yo respondía divertido a ese interrogatorio cariñoso que me hacía la familia Mohamed.
Para que se puedan situar un poco, como ya saben estamos en el campamento(wilaya) de Dajla , en el barrio (daira) Bin Nzarán, la familia que nos ha acogido es la familia Mohamed, compuesta por el padre, Mohamed, y sus seis hijas, que me perdonen por no acordarme de los nombres de todas, nosotros nos alojamos en la casa de Mariam. Es costumbre entre los Saharauis que las hijas vivan alrededor de su padre, cuando se casan montan sus jaimas y casas de adobe alrededor de sus padres, los hijos que se casen harán lo mismo alrededor del padre de su esposa. Pero ellos no tienen ese problema ya que son todo mujeres.
A partir de ahora ya sabemos donde estamos y como se llama nuestra anfitriona, Mariam Mohamed Salem.
jueves, 3 de julio de 2008
4 de julio de 2008
La llegada y la primera impresión.
Comenzaba a salir el sol en nuestro frente, cuando llevábamos más de cuatro horas dando botes por el medio del desierto, y digo dando botes porque fue así literalmente. La claridad del día ya comenzaba a iluminar el paisaje árido y vacío del desierto cuando tras una alta duna Mohamed frena el coche y dice "DAJLA!".
La impresión que tuve en ese momento no se me borrará de la retina en el resto de mi vida, Impresionaba, de repente, en medio de la nada aparecen miles de jaimas y pequeñas construcciones de adobe repartidas a lo largo de una explanada sin principio y si fin, la luz rojiza del amanecer ayudaba más a dar un aspecto de ciudad encantada. Ya nos habíamos alejado de las zonas urbanas de Tindouf y del resto de los campamentos afinados alrededor de Rabuni, la zona administrativa y de comunicaciones de la RASD, ahora nos enfrentábamos al campamento más desolado de todos en los que habitan los saharauis a 140 km de Rabuni.
La fila de Land Rovers que transportaban a los participantes del FISAHARA 2007, aminoró la marcha y en procesión ordenada comenzaron a internarse entre las jaimas. yo estaba pegado a la ventanilla mirando cada detalle para que no se me escapara nada, unos niños semidesnudos corriendo, un hombre achuchando a unas cabras para que salieran del corral, una mujer que se asoma entre las telas de la jaima y mira desconfiada a los recién llegados todo esto acompañado de una suave brisa que hacía que se movieran entre las construcciones y jaimas miles de papeles y plásticos. Las caras de aquellas personas se debatían entre la sonrisa y la desconfianza, por lo menos esa fue la impresión que me dio en un principio. Hasta que se detuvieron los vehículos pasaron aproximadamente 15 minutos con el mismo paisaje de gentes, caras, cabras, jaimas, niños y viento.
Nada más poner los pies en el suelo del desierto me agaché para coger una piedrecilla que ahora se encuentra en un lugar de mi casa que veo diariamente y me recuerda que los saharauis siguen viviendo aún en el desierto argelino. Símbolos, yo los uso mucho, me hacen recordar cosas y momentos. Después de estirar las piernas y levantar la cabeza vi que ya habían hecho lo mismo los ocupantes del resto de vehículos. Todos mirábamos con curiosidad lo que sucedía a nuestro alrededor. Unos policías contenían a una multitud de niños que se querían abalanzar sobre nosotros para pedirnos caramelos. Cubiertas por la sombra de una construcción de adobe pintada de blanco, que más tarde me enteraría que se trataba de una "madrassa" (escuela), se encontraban una treintena de mujeres envueltas por unas telas multicolores que resaltaban de forma llamativa con el monótono paisaje, las melfas (traje tradicional saharaui para la mujer). Miraban serias a diferencia de los niños que hacían lo imposible por traspasar la barrera que les imponían los policías , y cuando uno lo lograba era rápidamente llevado de nuevo a su ligar de origen, ahora , mientras escribo estas líneas se me asemeja esa situación un poco a la que vive el pueblo saharaui, separados de su libertad por un muro y los españoles sin hacer nada para impedirlo, mirando.
Allí fueron asignando a grupos de cuatro o cinco personas con una familia. Si alguien de los allí presentes pensaba que iba a encontrar un hotel o una pensión estaba muy equivocado, viviríamos como ellos, en jaimas y casas de adobe, comeríamos lo que ellos, carne de camello , viviríamos como ellos, bajo un sol abrasador, sin sombras, sin asfalto, sin lujos.
Comenzaba a salir el sol en nuestro frente, cuando llevábamos más de cuatro horas dando botes por el medio del desierto, y digo dando botes porque fue así literalmente. La claridad del día ya comenzaba a iluminar el paisaje árido y vacío del desierto cuando tras una alta duna Mohamed frena el coche y dice "DAJLA!".
La impresión que tuve en ese momento no se me borrará de la retina en el resto de mi vida, Impresionaba, de repente, en medio de la nada aparecen miles de jaimas y pequeñas construcciones de adobe repartidas a lo largo de una explanada sin principio y si fin, la luz rojiza del amanecer ayudaba más a dar un aspecto de ciudad encantada. Ya nos habíamos alejado de las zonas urbanas de Tindouf y del resto de los campamentos afinados alrededor de Rabuni, la zona administrativa y de comunicaciones de la RASD, ahora nos enfrentábamos al campamento más desolado de todos en los que habitan los saharauis a 140 km de Rabuni.
La fila de Land Rovers que transportaban a los participantes del FISAHARA 2007, aminoró la marcha y en procesión ordenada comenzaron a internarse entre las jaimas. yo estaba pegado a la ventanilla mirando cada detalle para que no se me escapara nada, unos niños semidesnudos corriendo, un hombre achuchando a unas cabras para que salieran del corral, una mujer que se asoma entre las telas de la jaima y mira desconfiada a los recién llegados todo esto acompañado de una suave brisa que hacía que se movieran entre las construcciones y jaimas miles de papeles y plásticos. Las caras de aquellas personas se debatían entre la sonrisa y la desconfianza, por lo menos esa fue la impresión que me dio en un principio. Hasta que se detuvieron los vehículos pasaron aproximadamente 15 minutos con el mismo paisaje de gentes, caras, cabras, jaimas, niños y viento.
Nada más poner los pies en el suelo del desierto me agaché para coger una piedrecilla que ahora se encuentra en un lugar de mi casa que veo diariamente y me recuerda que los saharauis siguen viviendo aún en el desierto argelino. Símbolos, yo los uso mucho, me hacen recordar cosas y momentos. Después de estirar las piernas y levantar la cabeza vi que ya habían hecho lo mismo los ocupantes del resto de vehículos. Todos mirábamos con curiosidad lo que sucedía a nuestro alrededor. Unos policías contenían a una multitud de niños que se querían abalanzar sobre nosotros para pedirnos caramelos. Cubiertas por la sombra de una construcción de adobe pintada de blanco, que más tarde me enteraría que se trataba de una "madrassa" (escuela), se encontraban una treintena de mujeres envueltas por unas telas multicolores que resaltaban de forma llamativa con el monótono paisaje, las melfas (traje tradicional saharaui para la mujer). Miraban serias a diferencia de los niños que hacían lo imposible por traspasar la barrera que les imponían los policías , y cuando uno lo lograba era rápidamente llevado de nuevo a su ligar de origen, ahora , mientras escribo estas líneas se me asemeja esa situación un poco a la que vive el pueblo saharaui, separados de su libertad por un muro y los españoles sin hacer nada para impedirlo, mirando.
Allí fueron asignando a grupos de cuatro o cinco personas con una familia. Si alguien de los allí presentes pensaba que iba a encontrar un hotel o una pensión estaba muy equivocado, viviríamos como ellos, en jaimas y casas de adobe, comeríamos lo que ellos, carne de camello , viviríamos como ellos, bajo un sol abrasador, sin sombras, sin asfalto, sin lujos.
domingo, 29 de junio de 2008
29 de junio de 2008
Había quedado en contar algo sobre mi primer viaje al Sahara, pues creo que esas sensaciones tan nuevas para mí donde mejor quedaron reflejadas fue en el texto que adjunté en el proyecto explicando lo que significaba para mí en ese momento lo que estaba experimentando, y tirando de archivo me gustaría colocar a continuación ese texto:
Cuando , a mediados de abril(2007), me encontraba encaramado a un viejo Land Rover atravesando la hamada argelina hacia unos de los campamentos de refugiados saharauis no podía imaginar que meses después estaría preparando uno de los trabajos artísticos que más satisfacciones me ha dado y creo me seguirá dando en los próximos años.
Nuestro chofer Mohamed chapurreaba unas cuantas palabras en español y su cara se iluminaba de alegría cuando enfilaba su viejo coche hacia la salida del sol y acertaba a decir :” Dajla, Dajla, mi casa, tú casa”. Esta frase podría definir lo que a partir de ese amanecer y durante siete días me encontré en medio de aquel pedregal desolado dónde siquiera los lagartos se atreven a vivir.
No fui en busca de ésta historia, se cruzó en mi camino. Iba a realizar un documental sobre lo que yo creía era un campamento de refugiados, la unión de estas dos palabras infunde un gran respeto de por sí. Uno llega a imaginarse lo que ve en las televisiones, miseria, hambre, desdicha, y eso era al fin y al cabo lo que creíamos ir a buscar en el pueblo saharaui. Pero no fue así. En medio de la nada lo encontré todo.
Iba “armado” con una vieja Pentax que me había prestado Santi en el momento en que llegamos al aeropuerto de Tindouf, aunque yo llevaba mi cámara de 6X6, mi vieja Isolette, había tenido muchos problemas para encontrar película, tanto en Tenerife como en Madrid, y es que la tecnología digital se está comiendo a pasos agigantados a nuestro querido negativo. Logré comprar algunos carretes en El Corte Inglés antes de salir hacia Argelia.
Lo que descubrí en el Sahara es algo que aún estoy intentando asimilar y de forma urgente y vital necesito contarlo, sacarlo, exteriorizarlo y gritarlo al mundo, Encontré a un pueblo olvidado. Como si de repente hubiesen cogido a miles de personas y las hubiesen puesto para mí en medio de aquel desierto y estuvieran condenadas a estar vagando siempre en este espacio. Y es que me sorprendió la gran humanidad y alegría que poseen estas gentes, me sentí, y puedo decirlo con todo el orgullo del mundo, como en mi propia casa. Rodeado de una cultura extraña y nueva para mí, un mundo al que no pertenecía y que a pesar de la cercanía que tenemos con el Sahara Occidental y tras haber sido una provincia española hasta 1975 no tenemos el más mínimo conocimiento de sus gentes y costumbres, así como de su geografía y sus problemas. No pretendo con este trabajo acercarme a ninguna postura política ni opinar sobre un problema internacional, sólo pretendo contar una historia, la mía con el Sahara y sus pobladores, los saharauis.
No encontré miseria y desdicha, todo lo contrario, no he conocido jamás un pueblo más alegre y hospitalario que los saharauis. Durante siete días la Jaima de Mariam Mohamed Salek fui mi Jaima, mi Casa.
Cuando , a mediados de abril(2007), me encontraba encaramado a un viejo Land Rover atravesando la hamada argelina hacia unos de los campamentos de refugiados saharauis no podía imaginar que meses después estaría preparando uno de los trabajos artísticos que más satisfacciones me ha dado y creo me seguirá dando en los próximos años.
Nuestro chofer Mohamed chapurreaba unas cuantas palabras en español y su cara se iluminaba de alegría cuando enfilaba su viejo coche hacia la salida del sol y acertaba a decir :” Dajla, Dajla, mi casa, tú casa”. Esta frase podría definir lo que a partir de ese amanecer y durante siete días me encontré en medio de aquel pedregal desolado dónde siquiera los lagartos se atreven a vivir.
No fui en busca de ésta historia, se cruzó en mi camino. Iba a realizar un documental sobre lo que yo creía era un campamento de refugiados, la unión de estas dos palabras infunde un gran respeto de por sí. Uno llega a imaginarse lo que ve en las televisiones, miseria, hambre, desdicha, y eso era al fin y al cabo lo que creíamos ir a buscar en el pueblo saharaui. Pero no fue así. En medio de la nada lo encontré todo.
Iba “armado” con una vieja Pentax que me había prestado Santi en el momento en que llegamos al aeropuerto de Tindouf, aunque yo llevaba mi cámara de 6X6, mi vieja Isolette, había tenido muchos problemas para encontrar película, tanto en Tenerife como en Madrid, y es que la tecnología digital se está comiendo a pasos agigantados a nuestro querido negativo. Logré comprar algunos carretes en El Corte Inglés antes de salir hacia Argelia.
Lo que descubrí en el Sahara es algo que aún estoy intentando asimilar y de forma urgente y vital necesito contarlo, sacarlo, exteriorizarlo y gritarlo al mundo, Encontré a un pueblo olvidado. Como si de repente hubiesen cogido a miles de personas y las hubiesen puesto para mí en medio de aquel desierto y estuvieran condenadas a estar vagando siempre en este espacio. Y es que me sorprendió la gran humanidad y alegría que poseen estas gentes, me sentí, y puedo decirlo con todo el orgullo del mundo, como en mi propia casa. Rodeado de una cultura extraña y nueva para mí, un mundo al que no pertenecía y que a pesar de la cercanía que tenemos con el Sahara Occidental y tras haber sido una provincia española hasta 1975 no tenemos el más mínimo conocimiento de sus gentes y costumbres, así como de su geografía y sus problemas. No pretendo con este trabajo acercarme a ninguna postura política ni opinar sobre un problema internacional, sólo pretendo contar una historia, la mía con el Sahara y sus pobladores, los saharauis.
No encontré miseria y desdicha, todo lo contrario, no he conocido jamás un pueblo más alegre y hospitalario que los saharauis. Durante siete días la Jaima de Mariam Mohamed Salek fui mi Jaima, mi Casa.
viernes, 20 de junio de 2008
20 de junio de 2008
Por aquí estamos de nuevo.
Creo que ya es hora de que comience a hablar sobre mi experiencia en el Sahara.
(El Cabildo todavía no ha ingresado y no puedo empezar a trabajar, brrbrbrbrbrr)
Corría el año 2007 de nuestra era.......
Como todo, comienza de forma casual y con mucha ilusión. Me encontraba una tarde
en la productora Ríos TV, de Santi y Teo ( perdonen ustedes, los interesados, que utilice vuestros nombres de pila, pero la confianza da asco), y de repente me sueltan "Vete preparando las maletas que nos vamos al Sahara", yo, como siempre me apunto a todo desde el minuto uno. Junto a mí, había sido anunciado de lo mismo mi amigo, gran editor e infógrafo y "sonidista" David Betancur, conocido en su círculo cercano como "El Colombia", que por cierto también se apuntaría a un bombardeo.
Al principio mi reacción fue de viaje a lo desconocido, al medio del desierto y a un campamento de refugiados. Casi nada. Y además sin saber lo que nos íbamos a encontrar.
Los Saharauis, que poco sabemos de ellos, yo reconozco, no una ignorancia, pero si un gran olvido colectivo sobre la situación que viven los Saharauis hoy en día, o por lo menos en ese momento tenía un gran desconocimiento, ahora no soy un experto, pero conozco la situación en profundidad, me he informado durante el último año hasta el punto que Lina no para de repetirme que estoy obsesionado, quizás lo esté, pero es un tema que me atrapó, me enganchó de una manera muy fuerte desde el principio, sino pregúntenle a Tony que bastante le he comido la cabeza, pero a él le encanta, es un soñador, como yo.
Quiero contar tantas cosas que sé que me atropello y mezclo esto con lo otro y luego sale un popurrí que es lo que ustedes leen. Antes de comenzar a relatar el viaje me gustaría que leyesen esta carta que adjunte con el proyecto que me han premiado "El pueblo olvidado", de todas formas, aquí va el homenjae a mis compañeros en este primer viaje al campamento de refugiados de Dajla, Tindouf (Argelia).
Teodoro Ríos, Santiago Ríos, David Betancur y yo .......... los de la fila de delante eh!!!
Cuando tenía siete años descubrí en la librería de mi casa una revista de National Geographic que hasta entonces había pasado inadvertida para mí, al igual que el resto de los libros. Aquella vieja revista, que mi padre había traído de Nueva York cuando estuvo un año trabajando en esa ciudad, estaba fechada en junio de 1976. Para mí fue uno de los mejores descubrimientos que hice en muchos años entre aquellos cientos de libros que inundaban mi casa. La cogí con celo y me la lleve a mi habitación, pasear por aquellas páginas avivó, más si cabe, mis deseos de aventuras y viajes fantásticos. Al principio sólo pude aprovecharme de sus imágenes, ya que estaba editada en inglés, pero sentir lo que aquellos fotógrafos aventureros tenían que absorber en esos viajes sembró en mí una semilla que germinaría años más tardes cuando descubrí que yo sería capaz de manejar una cámara de fotos y quien sabe si algún día viajar a un lejano país y descargar mis carretes sobre todo lo que me rodeara.
Con el tiempo fui dejando que todo transcurriera de forma normal, mi primera cámara, me la regalaron en mi Primera Comunión y era una Kodak Instamatic. Con ella me convertí en el reportero oficial de mi barrio, fotografiaba todo lo que se movía, las calles de mi barrio en Candelaria, a nuestro equipo de fútbol, El Magdalena, a nuestras mascotas, en fin, que empecé a cogerle el gustillo a eso de apretar el botón, siempre, claro, hasta que mi padre me llamaba la atención por gastar tanta película.
Recuerdo las esperas interminables hasta que tres o cuatro días después de llevar el carrete al laboratorio llegaban a mí aquellas imágenes impresas en papel. Nos reuníamos todos en un coro mientras nos pasábamos las fotos y las comentábamos, creo que aquellas tardes han quedado en la retina de todos los niños de mi barrio, ahora adultos en sus mundos.
Estudié imagen y sonido y en esos momentos todo parecía endeble a mi alrededor. Yo no quería acabar como Antonio, el del laboratorio, sentado detrás de un mostrador esperando a que un mocoso viniese a revelar sus carretes. Yo creía que la fotografía se merecía algo mejor. Pero no fue hasta 1991 cuando me presté voluntario para colaborar con un acontecimiento novedoso que se celebraba en la isla. Ese año nació la Bienal Internacional de Fotografía, FOTONOVIEMBRE 1991. Y así llegó mi señal. Tener la oportunidad de conocer a fotógrafos como Alberto García-Álix, Humberto Rivas, Bernard Plossú y tantos otros que ocupan las primeras planas de la fotografía artística nacional e internacional fue todo un acontecimiento. La puerta se abrió de repente ante mí. Había encontrado la fórmula para hacer grande la fotografía. Ahora solo me quedaba llegar al nivel de estos maestros. La tarea no es fácil pero nos hemos puesto a ello.
Una vez que ya supe lo que quería hacer comencé un camino que aún sigo atravesando y del que no sé en que punto estoy, sólo sé que hay una dirección en la que caminar y yo camino.
Desde que se inventó la fotografía en 1826, han habido muchos cambios. Para mí siempre ha sido un arte, algo mágico, ver en el laboratorio como poco a poco va apareciendo una imagen sobre el papel es algo realmente increíble, sólo el que ha estado esperando pacientemente ese minuto y diez segundos en que empieza a dibujarse la imagen sabe la emoción que se siente en ese instante, y no sólo me ocurrió la primera vez que revelé una foto, sino que me pasó hasta la última. Y aunque la fotografía está al alcance de todos, al igual que unos pinceles y óleos para pintar sobre un lienzo, no es fácil hacer arte o contar algo con ella. Cuántas veces he oído “eso lo hace cualquiera” si, realmente cualquiera pude coger una cámara y disparar apretando el botón pero no cualquiera puede contarnos algo con una imagen y creo que en las últimas décadas esa ha sido la gran lucha de la fotografía y por fin se ha conseguido, ha cogido el prestigio que se merece y ya es considerada y bastante bien en cientos de galerías de arte en todo el mundo y ya son muchos los coleccionistas que compran imágenes.
Este es mi discurso sobre la fotografía y el arte. Creo que dentro de cada persona hay un artista que tiene alo que decir sólo hay que buscarlo y el día que menos pensemos estaremos contando algo, haciendo arte.
Yo, por si acaso, he dejado mi vieja revista de National Geographic en mi pequeña librería , quizás algún día mi hija la coja y sienta el caudal de vida que me transmitió a mí .
David Olivera.
Santa Cruz de Tenerife
17 de julio de 2007
Creo que ya es hora de que comience a hablar sobre mi experiencia en el Sahara.
(El Cabildo todavía no ha ingresado y no puedo empezar a trabajar, brrbrbrbrbrr)
Corría el año 2007 de nuestra era.......
Como todo, comienza de forma casual y con mucha ilusión. Me encontraba una tarde
en la productora Ríos TV, de Santi y Teo ( perdonen ustedes, los interesados, que utilice vuestros nombres de pila, pero la confianza da asco), y de repente me sueltan "Vete preparando las maletas que nos vamos al Sahara", yo, como siempre me apunto a todo desde el minuto uno. Junto a mí, había sido anunciado de lo mismo mi amigo, gran editor e infógrafo y "sonidista" David Betancur, conocido en su círculo cercano como "El Colombia", que por cierto también se apuntaría a un bombardeo.
Al principio mi reacción fue de viaje a lo desconocido, al medio del desierto y a un campamento de refugiados. Casi nada. Y además sin saber lo que nos íbamos a encontrar.
Los Saharauis, que poco sabemos de ellos, yo reconozco, no una ignorancia, pero si un gran olvido colectivo sobre la situación que viven los Saharauis hoy en día, o por lo menos en ese momento tenía un gran desconocimiento, ahora no soy un experto, pero conozco la situación en profundidad, me he informado durante el último año hasta el punto que Lina no para de repetirme que estoy obsesionado, quizás lo esté, pero es un tema que me atrapó, me enganchó de una manera muy fuerte desde el principio, sino pregúntenle a Tony que bastante le he comido la cabeza, pero a él le encanta, es un soñador, como yo.
Quiero contar tantas cosas que sé que me atropello y mezclo esto con lo otro y luego sale un popurrí que es lo que ustedes leen. Antes de comenzar a relatar el viaje me gustaría que leyesen esta carta que adjunte con el proyecto que me han premiado "El pueblo olvidado", de todas formas, aquí va el homenjae a mis compañeros en este primer viaje al campamento de refugiados de Dajla, Tindouf (Argelia).
Teodoro Ríos, Santiago Ríos, David Betancur y yo .......... los de la fila de delante eh!!!
Cuando tenía siete años descubrí en la librería de mi casa una revista de National Geographic que hasta entonces había pasado inadvertida para mí, al igual que el resto de los libros. Aquella vieja revista, que mi padre había traído de Nueva York cuando estuvo un año trabajando en esa ciudad, estaba fechada en junio de 1976. Para mí fue uno de los mejores descubrimientos que hice en muchos años entre aquellos cientos de libros que inundaban mi casa. La cogí con celo y me la lleve a mi habitación, pasear por aquellas páginas avivó, más si cabe, mis deseos de aventuras y viajes fantásticos. Al principio sólo pude aprovecharme de sus imágenes, ya que estaba editada en inglés, pero sentir lo que aquellos fotógrafos aventureros tenían que absorber en esos viajes sembró en mí una semilla que germinaría años más tardes cuando descubrí que yo sería capaz de manejar una cámara de fotos y quien sabe si algún día viajar a un lejano país y descargar mis carretes sobre todo lo que me rodeara.
Con el tiempo fui dejando que todo transcurriera de forma normal, mi primera cámara, me la regalaron en mi Primera Comunión y era una Kodak Instamatic. Con ella me convertí en el reportero oficial de mi barrio, fotografiaba todo lo que se movía, las calles de mi barrio en Candelaria, a nuestro equipo de fútbol, El Magdalena, a nuestras mascotas, en fin, que empecé a cogerle el gustillo a eso de apretar el botón, siempre, claro, hasta que mi padre me llamaba la atención por gastar tanta película.
Recuerdo las esperas interminables hasta que tres o cuatro días después de llevar el carrete al laboratorio llegaban a mí aquellas imágenes impresas en papel. Nos reuníamos todos en un coro mientras nos pasábamos las fotos y las comentábamos, creo que aquellas tardes han quedado en la retina de todos los niños de mi barrio, ahora adultos en sus mundos.
Estudié imagen y sonido y en esos momentos todo parecía endeble a mi alrededor. Yo no quería acabar como Antonio, el del laboratorio, sentado detrás de un mostrador esperando a que un mocoso viniese a revelar sus carretes. Yo creía que la fotografía se merecía algo mejor. Pero no fue hasta 1991 cuando me presté voluntario para colaborar con un acontecimiento novedoso que se celebraba en la isla. Ese año nació la Bienal Internacional de Fotografía, FOTONOVIEMBRE 1991. Y así llegó mi señal. Tener la oportunidad de conocer a fotógrafos como Alberto García-Álix, Humberto Rivas, Bernard Plossú y tantos otros que ocupan las primeras planas de la fotografía artística nacional e internacional fue todo un acontecimiento. La puerta se abrió de repente ante mí. Había encontrado la fórmula para hacer grande la fotografía. Ahora solo me quedaba llegar al nivel de estos maestros. La tarea no es fácil pero nos hemos puesto a ello.
Una vez que ya supe lo que quería hacer comencé un camino que aún sigo atravesando y del que no sé en que punto estoy, sólo sé que hay una dirección en la que caminar y yo camino.
Desde que se inventó la fotografía en 1826, han habido muchos cambios. Para mí siempre ha sido un arte, algo mágico, ver en el laboratorio como poco a poco va apareciendo una imagen sobre el papel es algo realmente increíble, sólo el que ha estado esperando pacientemente ese minuto y diez segundos en que empieza a dibujarse la imagen sabe la emoción que se siente en ese instante, y no sólo me ocurrió la primera vez que revelé una foto, sino que me pasó hasta la última. Y aunque la fotografía está al alcance de todos, al igual que unos pinceles y óleos para pintar sobre un lienzo, no es fácil hacer arte o contar algo con ella. Cuántas veces he oído “eso lo hace cualquiera” si, realmente cualquiera pude coger una cámara y disparar apretando el botón pero no cualquiera puede contarnos algo con una imagen y creo que en las últimas décadas esa ha sido la gran lucha de la fotografía y por fin se ha conseguido, ha cogido el prestigio que se merece y ya es considerada y bastante bien en cientos de galerías de arte en todo el mundo y ya son muchos los coleccionistas que compran imágenes.
Este es mi discurso sobre la fotografía y el arte. Creo que dentro de cada persona hay un artista que tiene alo que decir sólo hay que buscarlo y el día que menos pensemos estaremos contando algo, haciendo arte.
Yo, por si acaso, he dejado mi vieja revista de National Geographic en mi pequeña librería , quizás algún día mi hija la coja y sienta el caudal de vida que me transmitió a mí .
David Olivera.
Santa Cruz de Tenerife
17 de julio de 2007
martes, 17 de junio de 2008
17 de junio de 2008
El conflicto del Sahara Occidental
Antes de contar mi experiencia en los campamentos de refugiados me gustaría hacer una pequeña nota de cómo han llegado los saharauis a esta situación, ¿qué es lo que ha pasado para que tengan que exiliarse hacia el interior del desierto?.
Lo haré con mis palabras y de una forma sencilla, sin entrar en muchos detalles, sólo quiero que se hagan una visión general de la situación.
En 1884 España ocupa oficialmente el Sahara. En principio el asentamiento es costero, pero poco a poco van avanzando hacia el interior. En 1912 España firma con otras potencias colonizadoras varios acuerdos que le dan el control del Sáhara.
Ya en 1958 El Sahara Occidental se convierte en provincia española y sus habitantes en españoles con dni como el tuyo y el mío.
En 1968 nace el primer movimiento nacionalista saharaui de importancia encabezado por Bassiri, en 1970 se manifiestan pacíficamente en El Aaiúm invitando a las autoridades españolas que abandonen el territorio, la manifestación acaba en desastre y mueren cerca de 40 saharauis, su representante es detenido y desde entonces no se ha vuelto a saber nada de él.
Pero el pueblo saharaui se endurece ante las adversidades, cualidad que los identifica, y en 1973 se crea en Frente Polisario comienza la lucha armada contra España.La situación es muy complicada y Marruecos y Mauritania exigen que España abandone el territorio, a la vez que piden ellos su soberanía. En 1974 la ONU dictamina que Marruecos y Mauritania no han tenido jamás control ni soberanía sobre estas tierras. España anuncia en 1974 que realizará un referéndum de autodeterminación en la primavera de 1975. Para ello realiza un censo de la población nativa. Pero el referéndum no se realiza y Marruecos lanza en noviembre de 1975 la famosa Marcha Verde sobre el Sahara con 300.000 civiles, de las clases pobres marroquíes y 30.000 militares. España firma los acuerdos tripartitos con Marruecos y Mauritania en los que cede el territorio a estos dos países. España arría su bandera el 28 de febrero de 1976.
Un día antes en Bir-Lehlu en Frente Polisario proclama en rueda de prensa internacional la RASD ( República Árabe Saharaui Democrática ).
Comienza la invasión por parte de Marruecos y Mauritania, la mayoría de la población huye hacia el interior del país, siendo acogidos por Argelia en su provincia más al sur Tindouf. Se crean los primeros asentamientos saharauis en Argelia. Comienza a la vez una guerra, el Frente Polisario defiende su territorio, Mauritania se retira del conflicto en 1979 y en 1984 reconoce la RASD. El territorio abandonado por Mauritania es rápidamente ocupado por las fuerzas marroquíes.
El conflicto bélico se alargó hasta 1991, momento en el que la ONU media para que se firme un alto el fuego con el compromiso por ambas partes, Marruecos y Frente Polisario, de realizar un referéndum de autodeterminación que aún hoy en 2008 no se ha celebrado.
En la actualidad 2/3 del territorio están ocupados por Marruecos, el Frente polisario controla el resto del país. Marruecos ha realizado un muro de arena de 2700 km de largo ( el muro divisorio más largo del mundo) que va desde el interior de marruecos, atravesando todo el territorio del Sahara hasta Mauritania. Marruecos cuenta en este muro con más de 170.000 militares.
En Tindouf hay cuatro campamentos de refugiados que acogen a más de 200.000 personas que viven bajo un sol abrasador y en uno de los paisajes más desolados del planeta a la espera de la celebración del referéndum de autodeterminación.
La labor de la diplomacia saharaui ha hecho que hoy en día más de 80 países reconozcan la RASD, siguen luchando día a día por sus derechos.
viernes, 13 de junio de 2008
13 de junio de 2008
Pues sí, era real. Aún estoy en una nube.
Siendo fiel a la naturaleza de éste blog intentaré no desvariar mucho en mis textos, bueno, seguro que de vez en cuando me permitiré alguna licencia demencial.
Ayer, 12, hubo un acto en el salón Noble del Cabildo de Tenerife en el que se entregaron los premios a la creación 2007, desde estas humildes líneas felicitar a los demás galardonados, a mí amigo Sabas Martín en crítica cultural, a Patrick Bencomo en artes escénicas y a Víctor Álamo en literatura. Ahora ya todos amigos, o por lo menos conocidos, de cualquier forma gente guapa.
Fue, creo, un acto ameno, no por mis palabras, ya que casi no me salen sino por la fluidez del mismo, y para no alargarme una especial mención a todos los que estaban allí, familia ( la familia, siempre ahí), amigos, Toto, Inmona, Charlie Keyla, Teña, Jefa ...
También tuve la oportunidad de conocer a la hija y nietos de Eva Fernández, pintora a la que el premio a mí concedido debe su nombre. Allí estaban también los miembros del jurado, autoridades y funcionarios del Cabildo , sin ellos esto no sería posible y ahora mismo yo no estaría soñando. También se acercó el Delegado del Frente Polisario en Canarias Hamdi Mansur y Alberto Negrín. Y como no el Presidente del Cabildo Ricardo Melchior.
Y fue todo muy bonito y nos fuimos todos muy contentos a casa.
Yo tengo ganas de empezar a currar ya.
¿Saben ustedes lo que significa de golpe no tener que preocuparse más por la financiación del proyecto?. Chossssssss!!
Aquí tendré espacio para todo, sé que en el acto de entrega de premios dije que yo me expresaba bien con las imágenes y aquí hay demasiadas letras, por lo que pido disculpas y paso a mostrarles varias de las imágenes que presenté junto con el proyecto.
Esto es otra cosa ¿no?, ya empezamos a entrar en materia.
Bueno, gracias por estar ahí leyendo.
Aprovecho la ocasión para decir, que tengo nueve meses para realizar el proyecto y presentarlo, por lo que tenemos rato para blog, también este blog morirá cuando nazca el proyecto, cuando sea expuesto, creo que el nombre idóneo hubiese sido la gestación, que es lo que ocurre después de la fecundación, bueno.... ya saben.
Iremos avanzando poco a poco, pero aún me quedan muchas cosas que contar, cómo surgió el proyecto, mis viajes a Argelia en el campamento de refugiados de Dajla, mi convivencia con los saharauis, sus costumbres, las impresiones que todo esto me produjo, bueno, no voy a parar.
Y ya para terminar por hoy anunciar en exclusiva para este blog que el próximo 23 de julio estrenaremos en Tenerife el largometraje "Soldados en la sombra", del cuál soy productor, pero esto lo explicaré otro día, que me puede la ansiedad.
Siendo fiel a la naturaleza de éste blog intentaré no desvariar mucho en mis textos, bueno, seguro que de vez en cuando me permitiré alguna licencia demencial.
Ayer, 12, hubo un acto en el salón Noble del Cabildo de Tenerife en el que se entregaron los premios a la creación 2007, desde estas humildes líneas felicitar a los demás galardonados, a mí amigo Sabas Martín en crítica cultural, a Patrick Bencomo en artes escénicas y a Víctor Álamo en literatura. Ahora ya todos amigos, o por lo menos conocidos, de cualquier forma gente guapa.
Fue, creo, un acto ameno, no por mis palabras, ya que casi no me salen sino por la fluidez del mismo, y para no alargarme una especial mención a todos los que estaban allí, familia ( la familia, siempre ahí), amigos, Toto, Inmona, Charlie Keyla, Teña, Jefa ...
También tuve la oportunidad de conocer a la hija y nietos de Eva Fernández, pintora a la que el premio a mí concedido debe su nombre. Allí estaban también los miembros del jurado, autoridades y funcionarios del Cabildo , sin ellos esto no sería posible y ahora mismo yo no estaría soñando. También se acercó el Delegado del Frente Polisario en Canarias Hamdi Mansur y Alberto Negrín. Y como no el Presidente del Cabildo Ricardo Melchior.
Y fue todo muy bonito y nos fuimos todos muy contentos a casa.
Yo tengo ganas de empezar a currar ya.
¿Saben ustedes lo que significa de golpe no tener que preocuparse más por la financiación del proyecto?. Chossssssss!!
Aquí tendré espacio para todo, sé que en el acto de entrega de premios dije que yo me expresaba bien con las imágenes y aquí hay demasiadas letras, por lo que pido disculpas y paso a mostrarles varias de las imágenes que presenté junto con el proyecto.
Esto es otra cosa ¿no?, ya empezamos a entrar en materia.
Bueno, gracias por estar ahí leyendo.
Aprovecho la ocasión para decir, que tengo nueve meses para realizar el proyecto y presentarlo, por lo que tenemos rato para blog, también este blog morirá cuando nazca el proyecto, cuando sea expuesto, creo que el nombre idóneo hubiese sido la gestación, que es lo que ocurre después de la fecundación, bueno.... ya saben.
Iremos avanzando poco a poco, pero aún me quedan muchas cosas que contar, cómo surgió el proyecto, mis viajes a Argelia en el campamento de refugiados de Dajla, mi convivencia con los saharauis, sus costumbres, las impresiones que todo esto me produjo, bueno, no voy a parar.
Y ya para terminar por hoy anunciar en exclusiva para este blog que el próximo 23 de julio estrenaremos en Tenerife el largometraje "Soldados en la sombra", del cuál soy productor, pero esto lo explicaré otro día, que me puede la ansiedad.
martes, 10 de junio de 2008
9 de junio de 2008
Esta tarde, mientras jugaba en un parque con mi hija Lara, recibía una llamada de un responsable del Cabildo de Tenerife.
-"¿David Olivera?",
-Sí hola qué tal, soy yo.
- Le llamo del Cabildo de Tenerife para decirle que ha ganado el Premio de Artes Plásticas "Eva Fernández 2007", ¿quiere aceptar el premio?
-Sí, claro, ¿en serio?, ¿son del Cabildo?
- Sí, yo soy el encargado de llamarle a usted para comunicárselo
- Pero ... no me lo puedo creer
- Pues créetelo, ¿ se presentó usted , no?
- Sí . sí me presenté
- Pues el jurado ha decidido que su trabajo era el merecedor del premio. Lo difícil hubiese sido que hubiese ganado yo que no me presenté
- Eso no hubiese sido difícil, hubiese sido imposible
- Es verdad, bueno enhorabuena, mañana le llamarán desde la oficina para confirmar unos ...........
Click!!
Lara, Lara, ven aquí, Papá acaba de ganar un premio.
Lalalalalalala!!!!!!!!!
Esta conversación mantenida el 9 de junio es el inicio de este blog. Si todo sale bien y se va confirmando todo y esto no es una broma, comenzaré a desarrollar mi proyecto "El pueblo olvidado" en muy poco tiempo. He creado este blog para todo aquel que quiera seguir la evolución de mi trabajo hasta su conclusión lo pueda hacer desde estas líneas e imágenes que iré incluyendo a lo largo del proceso.
EL PUEBLO OLVIDADO
Es un trabajo que he ido gestando durante el último año con dos visitas a los campamentos de refugiados Saharauis en Tindouf. Con más de 2000 fotografías iré haciendo una selección hasta reducir bastante el material y poder así presentar un trabajo muy selecto de imágenes. Quiero plasmar en este trabajo cómo un pueblo que lleva viviendo cerca de 33 años en medio del desierto del Sahara, en la llamada Hamada, y como resisten a pesar de todos los inconvenientes, cómo han formado su sociedad y organizado alrededor de arena y viento.
-"¿David Olivera?",
-Sí hola qué tal, soy yo.
- Le llamo del Cabildo de Tenerife para decirle que ha ganado el Premio de Artes Plásticas "Eva Fernández 2007", ¿quiere aceptar el premio?
-Sí, claro, ¿en serio?, ¿son del Cabildo?
- Sí, yo soy el encargado de llamarle a usted para comunicárselo
- Pero ... no me lo puedo creer
- Pues créetelo, ¿ se presentó usted , no?
- Sí . sí me presenté
- Pues el jurado ha decidido que su trabajo era el merecedor del premio. Lo difícil hubiese sido que hubiese ganado yo que no me presenté
- Eso no hubiese sido difícil, hubiese sido imposible
- Es verdad, bueno enhorabuena, mañana le llamarán desde la oficina para confirmar unos ...........
Click!!
Lara, Lara, ven aquí, Papá acaba de ganar un premio.
Lalalalalalala!!!!!!!!!
Esta conversación mantenida el 9 de junio es el inicio de este blog. Si todo sale bien y se va confirmando todo y esto no es una broma, comenzaré a desarrollar mi proyecto "El pueblo olvidado" en muy poco tiempo. He creado este blog para todo aquel que quiera seguir la evolución de mi trabajo hasta su conclusión lo pueda hacer desde estas líneas e imágenes que iré incluyendo a lo largo del proceso.
EL PUEBLO OLVIDADO
Es un trabajo que he ido gestando durante el último año con dos visitas a los campamentos de refugiados Saharauis en Tindouf. Con más de 2000 fotografías iré haciendo una selección hasta reducir bastante el material y poder así presentar un trabajo muy selecto de imágenes. Quiero plasmar en este trabajo cómo un pueblo que lleva viviendo cerca de 33 años en medio del desierto del Sahara, en la llamada Hamada, y como resisten a pesar de todos los inconvenientes, cómo han formado su sociedad y organizado alrededor de arena y viento.
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